Las declaraciones del futuro ministro de Trabajo, Juan Castillo, tras reunirse con la FTIL sobre la realidad de la industria láctea no cayeron bien en las gremiales lecheras. Según Castillo, “el diagnóstico que nos llevamos es de preocupación por la situación que viven los trabajadores y el compromiso que tienen en poder resolverlo cuanto antes. La única forma de que el Uruguay pueda distribuir mejor la riqueza es que haya mejores industrias, que sus principales industrias traten mejor a los trabajadores y que haya mejores salarios. Hay muchos anuncios de cierre de empresas. Por eso hay analizar cada situación que se vive", advirtió. Castillo advirtió que en el sector se han perdido puestos de trabajo. “Hoy hay menor cantidad de trabajadores en actividad y más producción, está claro que hay más carga horaria y menos trabajadores que se siguen llevando el mismo salario. ¿Dónde está la parte de la ganancia que se está produciendo de más?", cuestionó.
Justino Zabala, integrante de la Agremiación de Tamberos de Canelones (ATC), dijo a El Observador que la producción de leche está estancada hace 10 años, que no hay más carga horaria porque la producción se dirige a productos con menor intensidad de mano de obra (como leche en polvo) y que los salarios en la industria láctea están cómodamente ubicados entre los mejores del país. “La pregunta que (Castillo) hace al final parece insinuar que hay quienes se enriquecen en la cadena a expensas de los trabajadores”, señaló.
En tanto, el presidente de la Sociedad de Productores de Leche de Florida (SPLF), Horacio Rodríguez, dijo a Valor Agregado que “estaba preocupado e impactado” porque Castillo demostró “un gran desconocimiento de la situación” que está atravesando la cadena láctea en general. “Las industrias que hoy tienen problemas por despidos y demás, hace 15 años que vienen complicadas, desde los gobiernos del Frente Amplio”, recordó. Añadió que es “inviable” que una industria que recibe 10-12 mil litros, como acontece hoy, pueda contar con una plantilla de 45 trabajadores. En cuanto a los salarios, comentó que la industria que procesa el 70% de la remisión (Conaprole) tienen salarios que están por encima de lo que perciben más del 50% de los tamberos, “que son los más pequeños”.
“Lo primero que parece ignorar nuestro futuro ministro es que en los últimos 10 años hemos asistido a la caída del número de productores lecheros, en 2014 había 2.927 remitentes y hoy 10 años después remiten a plantas 1.989, según el dato de octubre 2024. En esos casi 1.000 tambos también había trabajadores y productores, en su enorme mayoría chicos y medianos, pero parecen importar menos que los privilegiados trabajadores industriales”, expresó Zavala, según El Observador.