En el marco del Salto Ovino, el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) realizó dos charlas, una enfocada en la sanidad del rubro y la otra directamente en la rentabilidad de los sistemas productivos de lanas medias y con un mensaje claro y conciso. “Lo que no podemos convalidar más, no podemos ser más condescendientes, es con aquellos sistemas que están con lanas medias y que, a su vez, tienen bajas señaladas y especulan con que el precio del mercado, sobre todo de las lanas, sea el que les justifique el negocio”, dijo el Ing. Agr. José Ignacio Aguerre.

El mensaje busca esclarecer el balance entre la carne y la lana en los sistemas productivos, que tienen como objetivo la producción de corderos. En este sentido, el mensaje para los productores de lanas finas fue no descuidar el ingreso por la carne, teniendo en cuenta que el “buen ingreso por la lana en un diámetro fino” también permite “tener resultados reproductivos y de engorde que posibilitan un buen ingreso por la carne”. En este sentido, hay experiencias en el país que demuestran que esto es posible.

En el caso de los sistemas de producción de corderos pesados, ya sea el tradicional todo el año o la venta de corderos pesados precoces —que utilizan razas maternales de lanas medias o gruesas— “claramente los ingresos van a estar bajos, dado inherentemente por el tipo de lana, entonces, esos sistemas se defienden con una buena producción de carne de la mano de una buena señalada y de un buen peso de venta de los corderos”, aseguró Aguerre.

El técnico del SUL insistió en que “hay que tratar de dar el mensaje claro y consistente de que para ser un productor de corderos pesados o un cordero pesado precoz o corderos al destete que utilicen razas maternales, la oveja debe tener una buena producción de carne, una buena señalada y un buen precio de venta. Si no cumple eso, no se puede esperar que el mercado mágicamente lo solucione porque no se lo va a solucionar nunca”.

A pesar que este año, en particular, los números están por debajo de las expectativas de los productores, ya sea en el valor de la carne como de la lana, Aguerre explicó que “en algunas circunstancias el negocio es mejor o peor, pero el negocio sigue existiendo” y recordó que se mostró “en la jornada de carne del Cicoma, que cuando tenemos una producción de carne total, por oveja encarnerada que se aproxima a los 50 o 60 kilos, potenciando las virtudes de cada raza, claramente se defiende un negocio que es competitivo”.

Si bien reconoció que “tristemente ahora el precio del cordero en pie no supera US$ 1,40”, dijo que “eso nos va a dar un resultado de entre 70 y 80 dólares por oveja encarnerada, y sigue siendo bueno, sigue siendo defendible”.  Según Aguerre, “hay que ver dónde cada sistema se hace fuerte y no lo contrario, porque en algunos casos traemos una cultura vieja, de 30 años atrás, de defender el negocio ovino únicamente por el precio de la lana. Y eso no es así. Hay varios factores en el medio que realmente hoy en día son mucho más determinantes y sobre todo en esos sistemas”.

En la presentación, donde mayormente fueron jóvenes los participantes, el técnico del SUL presentó una planilla que tenía dos grandes parámetros de referencia. Por un lado, una señalada que iba desde el 65% al 140% y el peso de los corderos de 16 a 50 kilos de carne. Si bien el espectro es amplio, Aguerre señaló que “el punto de equilibrio no está claro porque va a depender del sistema de cada productor, pero sí hay una zona gris en la que podríamos decir por acá va a estar. Podríamos estar hablando por lo menos 40 kilos o más de peso vivo, lo cual nos da entre 18 y 20 kilos de carne, esa es una zona de las cuales nos empieza a dar conformidad de que el negocio que puedo obtener por cada cordero está cerca del máximo”.

Aguerre remarcó que, para alcanzar el máximo en cada sistema, primeramente, se debe “tener una majada sana, tener una buena alimentación, que puede ser a campo natural pero tiene que ser una buena alimentación. Y después podemos pensar en la utilización estratégica de algunos alimentos como praderas o suplementos para mejorar el potencial de mellizos y después toda la tecnología para salvar la mayor cantidad de corderos posible”.

En cuanto a la señalada, el técnico dijo que “para sistemas de lanas medias tendríamos que poner un mínimo en torno al 110% de señalada. Y para la lana que tienen más gruesa todavía tendríamos que estar hablando de un 120% o 130%”. En este punto, volvió a remarcar: “Lo que no tenemos que ser es condescendientes, ni cuidadosos en nada, con aquellas situaciones en donde están en un 80%-95% de señalada con lanas medias y venden un cordero de 30 a 35 kilos”.

En este sentido, dijo que “esos productores están lejos de su potencial de ingreso, si consideramos que 30 kilos en comparación con 40 kg es un 33% más de ingresos, solo por pasar un cordero de 30 a 40 kilos. Y si hablamos de señalada, pasar de 85% a 110% es un valor de entorno un 20%. Entonces, hay que reconocer cuáles son las fortalezas y tratar de explotarlas”.

Aguerre remarcó firmemente que “si aquel productor no está dispuesto a hacer flashing, hacer ecografía, y a salvar los mellizos, no puede tener sistema de lanas medias”. Y explicó que “no lo puede tener porque justamente necesita esos mellizos para elevar su potencial de señalada, para potenciar la producción de carne. Si no estamos dispuestos a adoptar tecnología para sacar más corderos y sacar más carne por más cantidad de corderos, que es fundamental en el sistema de lanas medias, no podemos tener un sistema de esas características”.