El mulesing en la producción ovina australiana es una práctica cuestionada a nivel mundial y principalmente pensando en el bienestar de las ovejas, lo cual pesa fuertemente en la decisión de compra del consumidor final, y que luego se traslada a toda la cadena productiva. En este sentido, las certificaciones en el caso de la lana, por ejemplo, permiten que exista una diferenciación en el mercado y, por ende, quienes producen sin la realización de esta técnica logran recibir un diferencial de precios.
En el 2021, Australia lanzó el Marco de Sostenibilidad Ovina (SSF) que está dirigido por Sheep Producers Australia y WoolProducers Australia. Este grupo ha generado 58 indicador bajo cuatro temáticas definidas: 1) Cuidar las ovejas, 2) Mejorar el medioambiente y el clima, 3) Cuidar a los productores y trabajadores, a los clientes y la comunidad y 4) Garantizar una industria financieramente resiliente.
En el último informe anual del Marco de Sostenibilidad Ovina, solo el 15,8% de la lana merino se declaró como no mulesed, aumentando solo un 0,5% con respecto al año anterior. Al mismo tiempo, el informe de este año, también se encontró que el 52% de los productores utilizan está técnica en sus rebaños.
De acuerdo al informe elaborado por Australian Wool Exchange (Awex), el volumen de vellones adultos comercializados de primera mano en la zafra 2022-2023 suman 910.486 fardos en todos los micronajes, de los cuales el 18% corresponde a lanas con Declaración Non Mulesed y el 72% restante se compone de lanas de predios que están aplicando diferentes técnicas de bienestar animal para minimizar el impacto de la técnica, quienes están cesando la práctica de la misma y quienes aún la realizan.
Dentro de ese 18% (164.082 fardos de vellones adultos), el 26% (43.313 fardos) corresponden a lanas por debajo de las 18,6 micras, el 34% a lanas entre 18,6 y 24 micras y el 40% restante son lanas con un micronaje superior. En el futuro inmediato, quienes declaran que han cesado con esa técnica, a la espera de la certificación que ratifique esa condición, es el 4% de los vellones adultos comercializados en la zafra, por lo que el proceso continuará siendo lento.