Guzmán Silva, integrante de Top Fray Marcos, dijo que el mercado lanero local se encuentra en una fase de calma posterior a un período de intensa actividad. “Se vendió mucha lana que estaba guardada en galpones, acumulada de muchas zafras. Hoy, muchos productores están expectantes de ver cómo se mueve el mercado”, explicó.
Aunque el dinamismo de los negocios disminuyó, Silva subraya que la demanda sigue activa, aunque con muy poca oferta disponible en plaza. Esto ha generado una pausa en los valores de referencia. El mercado “después de la Semana de Turismo se fue enfriando solo. Las consultas existieron, pero no se juntaron las puntas”, indicó.
En ese contexto, el comienzo de la nueva zafra parece inminente. “Estamos en junio y ya hay máquinas preparándose para esquilar. En 15 o 20 días vamos a empezar a ver lana nueva en el mercado”, anticipó.
Uno de los aspectos más destacados de esta zafra, según Silva, fue su anualización, un fenómeno que considera positivo: “Se bajaron los picos de ventas que antes se concentraban entre octubre y diciembre, y luego se pinchaba hasta marzo. Ahora quedó mucho más estable, y eso le hace bien a todo el sistema”. Para la industria, esto permite una operativa más fluida, sin acumulaciones excesivas en pocos meses.
Consultado sobre la aparente falta de precios de referencia, Silva fue contundente: “Precio hay todos los días. Te puede gustar o no, pero hay. Y me hago cargo de lo que digo”. Agregó que se han concretado fijaciones de precio, en particular en el rango de 23 a 24 micras, donde se han pagado valores de entre 2,50 y 3 dólares por kilo. En cambio, en las lanas superfinas de 16, 17 y 18 micras la oferta persiste, ya que los valores ofrecidos no satisfacen las expectativas de los productores.
Respecto a la demanda internacional, el panorama es de cautela. “Europa no se mueve, no hay negocios, están buscándole la vuelta. En China, si ofrecés en un valor lógico, se canaliza fácilmente. Hay lentitud, pero no está frenado”, explicó Silva. En su visión, el comportamiento externo se refleja directamente en el mercado local, con negocios constantes pero a un ritmo más lento.
Finalmente, ante la pregunta sobre si el nivel de precios actuales responde a las aspiraciones de los productores, Guzmán Silva lo sintetizó así: “El productor evalúa el valor que nosotros le trasladamos. Si no le sirve, espera. Esa es la foto que está mostrando hoy el mercado local”.