El predio del Centro de Innovación y Capacitación Ovina Ing. Agr. Mario Azzarini (CICOMA), ubicado en Colonia Lavalleja, Salto, cumplió diez años desde su adquisición por el Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL). Una década en la que el norte del país vio consolidarse un espacio de validación tecnológica, capacitación y demostración productiva, concebido para aportar conocimiento práctico a productores ovinos del norte del país.
El presidente del SUL, Alfredo Fros, recordó que el CICOMA “siempre fue una aspiración del productor uruguayo, tener un campo del SUL en el norte”. Además, destacó el rol institucional en momentos claves, donde la directiva del SUL en aquel entonces, encabezada por el Lic. Joaquín Martinicorena, tuvo que tomar decisiones trascendentes para la institución. “Se vendió la sede tradicional, se compró el campo y se estaba compró otra sede”, recordó. Aquella etapa, según explicó, implicó decisiones complejas, asumidas con “la mejor voluntad y toda la información posible”.
Hoy, diez años después, los resultados están a la vista. CICOMA no solo se consolidó como un campo demostrativo, sino que además cumplió con el objetivo económico fijado desde su creación. “Logra generar los fondos y, en momentos puntuales, hizo el aporte necesario a la institución”, afirmó Fros. Durante la pandemia, cuando la caída de exportaciones de lana impactó en los ingresos del SUL, la gestión productiva del predio permitió compensar parte de ese déficit.
Un centro que cumple objetivos
La construcción del modelo de trabajo del predio llevó tiempo. Desde el inicio, el objetivo era claro, el campo “tenía que ser demostrativo, tenía que capacitar, tenía que formar”, señaló Fros. Al mismo tiempo, no se buscaba transformar el predio en un centro de investigación pesada financiado con fondos propios. Con los años se logró complementar la estructura con proyectos de posgrado, maestrías y tesis, en articulación con universidades y organismos externos.
“Se fueron logrando esos objetivos sin usar recursos propios, articulando con instituciones”, explicó.
La presentación anual mostró resultados productivos sólidos y un funcionamiento que integra campo natural, mejoramientos forrajeros, manejo combinado ovino-bovino y enfoque en la sostenibilidad. Las metas iniciales se cumplieron, pero Fros insistió en que el desafío hoy es “pensar en ir a más y desarrollar más cosas”.
Un cambio estructural en el negocio
Analizando el nuevo escenario económico del rubro ovino, Fros remarcó que “hay once meses consecutivos de tendencia alcista y valores récord en la carne ovina”. Subrayó que la evolución reciente generó un cambio profundo, “quién iba a decir que una oveja iba a superar al kilo de vaca con el valor que tiene la vaca hoy”, afirmó.
Ese nuevo contexto obliga a reconsiderar los sistemas del norte del país, marcadamente laneros durante décadas.
“Tenemos una cabeza de productores bastante lanera, pero hoy tenemos que ponerle foco a la carne”, dijo.
El predio CICOMA, con su base productiva sobre suelos de basalto, pero con desempeño superior al promedio, es el ámbito ideal para validar ajustes de manejo orientados a carne ovina de calidad.
El presidente del SUL señaló que todas las razas presentes en Uruguay pueden producir los cortes que el mercado demanda, siempre que existan condiciones adecuadas de alimentación, edad y sistema. Por eso insistió en que el desafío es mostrarle al productor que “se puede hacer carne, se puede hacerla mejor, a estos valores, y que impacte más en la empresa”.
Producir animales que el mercado valore
Fros recordó que desde los inicios del predio, desde los productores del norte se demandaba resultados productivos que impactaran en los sistemas de la zona, pero además “queremos ver lindos animales, buenos animales”.
Ese interés se vincula directamente con la performance individual, un aspecto clave en los nuevos sistemas ovinos orientados a carne de alto valor. Fros reafirmó que Uruguay posee biotipos altamente competitivos y que el camino consiste en medir, validar y ajustar el manejo hasta alcanzar los estándares buscados por los mercados más exigentes.
“El componente de estos valores de carne está moviendo al productor”, aseguró, reconociendo que existe una nueva motivación en el rubro.
Por ello, el enfoque del predio en los próximos años será intensificar el trabajo en biotipos, manejo y productividad individual para que todas las ovejas, independientemente de la raza, puedan expresar su máximo potencial carnicero.
Nuevas exigencias de mercado
En esa mirada hacia el futuro del predio y del rubro ovino, el presidente del SUL, habló de los residuos de pesticidas, destacando que Uruguay “ya está accediendo a mercados de alto valor” tanto en carne como en lana, y que esos mercados exigen estándares cada vez más estrictos.
En este sentido mencionó la importancia de concientizar al productor sobre estas exigencias y recordó lo ocurrido recientemente con la carne vacuna, afectada por sanciones vinculadas a residuos de productos veterinarios.
“Hay mercados que premian cuando yo logro esto acá”, señaló, enfatizando la oportunidad competitiva asociada a una producción limpia y certificada.
Además, valoró la necesidad de continuar trabajando en bienestar animal, mejora de instalaciones, capacitación de operarios, uso adecuado de perros de trabajo, esquila, grifa verde y buenas prácticas generales. Todo ello forma parte de una cadena de valor en la que Uruguay puede destacarse por su sistema pastoril y trazabilidad natural.

