De cara al 2023, con incertidumbre sobre el abastecimiento por efecto contagio que se dio gracias al conflicto ruso-ucraniano, que trajo preocupación a los mercados de granos por el abastecimiento futuro, los precios reforzaron la tendencia positiva.

El trigo tuvo subas de hasta US$ 5/t, ya que si bien Rusia continuaría formando parte del acuerdo seguro de exportación de granos ucranianos, el desenlace aún incierto influenció los precios del cereal y los llevó nuevamente al alza. Además, condiciones climáticas adversas en Australia también generaron apoyo a las subas, ya que las lluvias excesivas en partes clave de las áreas de cultivo de trigo del país resultó en daños extensos, lo que exacerbó las preocupaciones sobre el suministro mundial de alimentos y llevó a las cotizaciones a operar en positivo.

Por su parte, el maíz tuvo subas no superiores al dólar por tonelada, y la firmeza del grano estuvo condicionada por la situación en el Mar Negro y el abastecimiento mundial de maíz de cara al año próximo, todo lo cual sumó presión alcista. Por otro lado, el clima en la Unión Europea puede perjudicar el avance de los cultivos por la combinación de sequía y heladas, y eso también generó preocupación y llevó al grueso de las cotizaciones al alza.

Además, la soja tuvo un aumento de valor de más del 1% y los precios terminaron la semana con resultados positivos, esto se dio por expectativas de una fuerte demanda china que apuntalaron el grano estadounidense.

Por último, la fortaleza exhibida en el mercado de la energía sumado a la suba en las cotizaciones del aceite de soja, añadieron sostén alcista.

Fuente: BCR