El bajón que acumuló la soja tras 10 semanas de caída le puso un freno adicional a la decisión de los productores uruguayos para pactar un precio de venta anticipado para su producción. “Hoy los productores no están vendiendo nada. Estamos en los niveles de ventas más bajo de la historia”, aseguró Joaquín Basso, gerente de negocios de granos de Cargill.

El ejecutivo comentó que, con 25 días sin lluvias desde fines de diciembre y buena parte de enero, y una secuencia de precios bajista en los mercados internacionales, los agricultores tomaron la determinación de no cerrar negocios de venta para la oleaginosa para la zafra 2023/24. Basso estima que el porcentaje de cosecha vendido no supera el 10% y que, si se confirma una “buena zafra” tras las últimas lluvias, seguramente ese porcentaje caiga al 7%.

“Vamos a tener presión logística y necesidad de vender mucha soja en plena cosecha en un período muy corto de tiempo”, advirtió. Añadió que, al haber cerrados pocos negocios, la capacidad logística en libros de barcos será “acotada”. Esto porque a los productores brasileños todavía les queda el 60% de su cosecha sin vender y Argentina “tendría un cosechón”. “Si toda esa necesidad logística confluye, vamos a tener un embudo en el trimestre abril-mayo-junio”, alertó. La cosecha uruguaya de soja tiene hoy un potencial para superar los 3 millones de toneladas.

En materia de precios, el panorama “luce complejo”. Si bien las primas se han reducido porque EEUU está comenzando a importar soja del norte de Brasil, ello le imprime una presión bajista a Chicago. Uno de los puntos que puede jugar a favor es que los money market funds están con posiciones “megacortas en soja y maíz”. Por tanto, cualquier factor de incertidumbre por los conflictos bélicos en curso, el clima, o señales de la demanda por parte de China, puede llevar a que esos fondos cambien su postura y presionan al alza los valores de estos granos.

Basso admitió que hoy se hace difícil salir a “comprar demanda” porque para ello se requiere competir con “precios agresivos” para poder ganar espacio logístico para sacar los barcos una vez que arranque la cosecha. “Es una pena que el productor no haya tomado mayores coberturas de precios. Hizo todos los deberes para mitigar el riesgo productivo, pero seguimos fallando en la pata de la comercialización”, apuntó. Agregó que, si bien hubo un poco más de cobertura de lo normal, eso no alcanza a ser “satifactorio” para abordar una coyuntura como la actual. “Algunos (productores) argumentan que ahora que cayó tanto, mejor es no hacer nada. El tema es que, si no te gusta el precio de hoy, hay una chance de que pueda seguir bajando. Capaz no te gustan los US$/ton 380 de hoy, pero al momento de la cosecha puede llegar a US$/ton 320. Entonces, quizás ese US$/ton 380 no era un precio tal malo”, ejemplificó.