En el cuatrimestre noviembre-febrero, Uruguay embarcó unas 770 mil toneladas de trigo al exterior de la zafra 2023/24 con un precio promedio por tonelada de unos US$/ton 230. Ello provocó el ingreso de divisas por unos US$ 180 millones al país. El valor medio de exportación de la presente zafra fue sensible inferior a los US$/ton 343 de las ventas del año pasado, pero se dio un aumento más que significativo en los volúmenes enviados al exterior pese a que el destino natural (Brasil) tuvo un flojo desempeño hasta ahora.
¿Por qué se vendió tanto trigo en tan poco tiempo? Hay productores que han esgrimido razones financieras para hacerse de liquidez tras una pésima zafra de verano, pero también hubo razones logísticas (por la muy buena cosecha de maíz y soja que se proyecta) y comerciales que dieron una mano para los embarques al exterior del trigo uruguayo. De hecho, uno de los datos llamativos que figura en aduanas son negocios con destinos exóticos dentro del top 10 para el cereal como Bangladesh, Mauritania, Madagascar, Argelia, Kenia, Tanzania o Uganda.
En diálogo con Informe Tardáguila, Joaquín Basso, gerente de negocios de granos de Cargill dijo que hubo la logística “presionó” en cierta medida para que se dieran grandes volúmenes de venta al exterior tanto de cebada que no cumplía con los estándares de malteo, así como de trigo tras una cosecha récord. Añadió que los conflictos que se dieron en el Mar Negro y el Mar Rojo, le “abrieron una oportunidad” al trigo uruguayo para ser competitivo e ingresar a esos mercados más exóticos de Asia durante el pasado cuatrimestre.
El ejecutivo considera que el volumen de cosecha de trigo seguramente esté sobre un eje de 1,7 millones de toneladas. “Nuestras estimaciones es que se ha colocado entre el 80%-85% de la cosecha. Todavía queda un 15%, 20% sin vender, unas 300 mil toneladas, que es mucho”, consideró. Basso indicó que con valores hoy para la exportación más sobre un eje de US$/ton 200, hay cierta resistencia de los productores a cerrar nuevos negocios y tampoco ya no queda demasiadas ventanas logísticas para cerrar nuevos negocios al exterior. “Ese trigo seguramente quedará para el segundo semestre donde habrá que competir con una cosecha europea que todo pinta será enorme”, comentó. Todo esto en un contexto donde el cereal está en su menor nivel en cuatro años y donde algunas amenazas que existían el año pasado se están disipando, recordó el gerente de Cargill. Puso como ejemplo al potencial conflicto entre China-Taiwán (que estaba latente en 2023), los efectos de la gripe porcina, problemas climáticos, un posible recrudecimiento de la guerra Rusia-Ucrania, o una política de biocombustibles menos agresiva en EEUU. “El mercado se quedó sin combustible para ver precios mayores y, con muchos stocks finales, el incentivo alcista no está”, indicó.
La cosecha de maíz será grande
Las últimas lluvias que se dieron en la segunda quincena de febrero le dieron un empujón a algunos cultivos de maíz que estaban comprometidos por la falta de humedad, y todo apunta a que Uruguay tendrá “una cosecha de maíz muy grande”, señaló Basso. Añadió que eso llevará a que luego de 12 años el país tenga un saldo exportable de unas 250 mil toneladas. Añadió que el volumen final de negocios dependerá de cuánto los productores estén dispuestos a vender a los valores actuales (US$/ton 160-170), y los negocios que se puedan hacer en el mercado doméstico.