A juicio del productor agrícola Gabriel Carballal, la zafra de cultivos de invierno está avanzado a buen ritmo, aunque con balances dispares. Por el lado de la canola, se está confirmando una performance de rendimiento promedio, pero con un “precio malísimo”, “por lo que termina siendo el peor de los tres cultivos y con distancia. En el caso de la cebada, consideró que habrá un “buen rendimiento”, aunque fue cauto sobre si se logrará superar el récord histórico de rinde por hectárea (ha). El máximo registro productivo para la cebada en Uruguay es de la zafra 2020 con kg/ha 4.791, pero hay privados que están manejando un rinde promedio sobre un eje de kg/ha 5.000-5.500 para la presente campaña.

“El trigo sí se está destacando y superando el rendimiento récord de la zafra pasada”, destacó Carballal. “Cualquiera de los dos cultivos (trigo y cebada) tiene rendimientos excelentes, muy por encima de los promedios de Uruguay en un año que pintaba no iba a ser tan bueno”, admitió en diálogo con Informe Tardáguila.

El productor agrícola de la zona centro del país comentó que normalmente en un año Niño, los problemas de calidad vienen por el lado del brotado y del fusarium. “En este año, los problemas de calidad vinieron más que nada por el lado del calibre, en el caso de la cebada y en algunos trigos, y de la proteína”, explicó. En ese sentido, el exceso de proteína llevó a que haya quedado “un montón de cebada fuera de los estándares de malteo. En mi caso personal, debe rondar el 15%, pero conozco productores de 40%, 50% y hasta 100% de rechazo”, comentó. A juicio del agricultor, esto es un “tirón de orejas para los materiales que estamos usando. Hay un contraste enorme entre materiales que tienen un muy alto rechazo y otros que tienen uno muy bajo. Hay que sentarse a conversar y ver qué materiales van a aceptar las materias. Como productor, quiero un producto que rinda muchísimo y tenga buena calidad de malteo, pero también quiero que lo reciban porque, de lo contrario, no sirve para nada. Capaz que la salida pasa por buscar un material que no sea tan rendidor pero que tenga capacidad de recibo con los estándares que proponen las malterías”, planteó.