Luego de un muy mal arranque de zafra como consecuencia del atraso en las siembras por los excesos hídricos y las intensas heladas del invierno, las lluvias de la última semana beneficiaron al cultivo de colza. “Las colzas se armaron (luego de las lluvias), no va a llegar a ser un año de punta, pero tampoco van a ser un desastre”, opinó Enrique Oyharzábal, presidente de la AAD.

La oleaginosa de invierno, que había ocupado una superficie cercana a las 350 mil hectáreas dos zafras atrás, sufrió una reducción del área muy significativa y para el año en curso se estima una reducción de más de 200 mil hectáreas en comparación con aquel máximo.

Las condiciones del negocio mejoraron con la buena evolución del cultivo en las últimas semanas y con el aumento de los precios. Sobre fines de la semana pasada se llegaron a vender colzas a US$ 500 la tonelada