En el marco del 14º Encuentro Nacional de la Mesa Tecnológica de Oleaginosos (MTO), realizado en el LATU, se presentaron las primeras proyecciones para la nueva zafra, con descensos significativos en los márgenes esperados para soja y colza respecto a la campaña anterior.
Como es habitual, durante la presentación del 12º Observatorio de la MTO, los investigadores de INIA Enrique Fernández y Sebastián Mazzilli analizaron los resultados de la última campaña y realizaron estimaciones para la próxima cosecha.
Según datos de la DIEA, el área de siembra de colza aumentaría de forma importante en la zafra 2025/26, alcanzando unas 212.491 hectáreas (+106% frente a la zafra anterior). Fernández estimó un rendimiento promedio de kg/ha 1.750 para colza y carinata, advirtiendo que la expansión hacia zonas más marginales podría reducir el rendimiento medio. Con un valor de venta proyectado en US$/t 470 y costos estables, el margen bruto sería positivo en US$/ha 147, frente a los US$/ha 185 de la zafra anterior (-21%). El rendimiento de equilibrio antes de renta se ubicaría en kg/ha 1.500.
Respecto al cultivo de soja, Fernández señaló que el área de siembra se mantendría estable en torno a 1,35 millones de hectáreas, debido a la importante superficie ya ocupada por cultivos de invierno. Entre los factores que juegan en contra, mencionó el posible crecimiento del maíz, la probabilidad de un año Niña, y un precio internacional poco atractivo.
Asumiendo un valor de US$/t 365 para la soja —“no habría nada que lo haga disparar”, dijo Fernández—, costos de implantación levemente menores (US$/ha 635) y un rendimiento promedio de kg/ha 2.200 (promedio de las últimas cinco zafras), el margen bruto sería de US$/ha 166, frente a los US$/ha 388 del ciclo anterior (-57%). El rendimiento de equilibrio antes de renta se ubicaría en kg/ha 1.745 bajo esos supuestos.
En la última campaña, el complejo sojero realizó transferencias de recursos a la sociedad por US$ 102 millones, a razón de US$/t 26. Las exportaciones en lo que va de este año están un 20% por encima del año 2024 y tienen hoy un peso del 12% en el total, según Uruguay XXI. En tanto, la participación de esta cadena en el PIB de Uruguay llega al 1,4%.
“El sector mantiene una fuerte dinámica, a pesar de que los precios no han permitido mejores resultados. Ante este escenario, la superación y estabilización de los rendimientos se presentan como desafíos clave para la competitividad de la producción agrícola”, concluyó Fernández.