No habían pasado 48 horas del anuncio de los aranceles a la importación de Trump en el “Día de la Liberación”, al decir del propio presidente estadounidense, que Beijing ya había respondido con tarifas espejo que, en promedio, igualan al 34% que Washington impuso de forma adicional a los productos importados desde China.

Dado que estas tasas se agregan a las que ya tenían los productos estadounidenses para ingresar a China, en el caso de la carne vacuna el arancel pasa a ser de 56% y el de carne porcina de 81%, informó el portal Drovers. Las tarifas comenzarán a regir el 10 de abril. Además, China el pasado 16 de marzo dejó expirar la habilitación para importar carne vacuna de unos 350 frigoríficos y cámaras de frío estadounidenses. 

“Estas tasas representan la suma total del arancel del 12% de la nación más favorecida de China, más los aranceles de represalia impuestos previamente por China, más los nuevos aranceles que entrarán en vigor el 10 de abril”, afirmó Dan Halstrom, director ejecutivo de la Federación de Exportación de Carne de EEUU (USMEF).

“La carne vacuna de EEUU ya enfrenta importantes obstáculos en China relacionados con la elegibilidad de las plantas, de modo que un aumento en los aranceles de represalia pone las exportaciones en un peligro aún mayor. Desafortunadamente, excluir a China del circuito de exportación también afecta el precio que los cortes de carne de res de EEUU pueden obtener en mercados como Corea, Japón y Taiwán”, expresó Halstrom.

Según la USMEF, el año pasado China representó el 15% del volumen total de las exportaciones de carne de cerdo de EEUU y el 13% de su valor. Los subproductos (variety meat) fueron mucho más altos: China recibió el 54% de los envíos de subproductos porcinos de EEUU, lo que representó el 59% del valor.

En cuanto a la carne vacuna, el año pasado China representó el 14% del volumen total de las exportaciones de EEUU y el 15% de su valor.

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