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En el marco de la jornada organizada por la firma Megaagro EL lunes en Salto, el economista Alfonso Capurro de la consultora CPA Ferrere realizó una presentación denominada “La economía uruguaya: malas noticias, buenas noticias y desafíos pendientes”. El profesional remarcó que “Uruguay viene arrastrando un conjunto de desafíos desde algunos años y que ya es hora de abordarlos”, al mismo tiempo que reconoció que existen buenas noticias en el horizonte y que podrían facilitar la salida.

Las buenas noticias

El especialista indicó que las bajas en las tasas internacionales, la situación del mercado de la carne, el acuerdo del Mercosur con la Unión Europea y la confirmación de la construcción de la nueva planta de UPM, son buenas noticias para el país desde distintos aspectos; sin embargo, enfatizó que las mismas no solucionan los problemas de sectores como el arrocero y el lechero, por ejemplo.

La baja de las tasas de interés a nivel internacional son buenas noticias debido a la necesidad de “financiamiento internacional” que tiene el país y “también para los sectores productivos que necesitan créditos”. En este sentido dijo que “los costos de financiamiento han bajado y mucho y eso es algo bueno”.

Para un sector ganadero que definió como “muy golpeado en los últimos cuatro años”, la situación del mercado de la carne es una buena noticia. La mejora de los precios de exportación es un aliciente para un “sector que es de los más importantes de Uruguay”. A esta situación del mercado de la carne, Capurro sumó “la oportunidad potencial que genera el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea que pone una expectativa muy positiva”.

La cuarta noticia optimista y no menos importante es “la confirmación de la inversión en la planta de celulosa de UPM que despliega un conjunto de obras importante”. Capurro dijo que Uruguay va a tener entre 2020 y 2023 obras de construcción por algo más de US$ 5.000 millones y esto va a generar un piso más sólido sobre el crecimiento económico y esto es muy importante porque la economía viene estancada hace un año”.

Debido a estas buenas noticias, Capurro dijo que “el próximo gobierno, no importa quién gane y asuma la responsabilidad, va a tener un piso para la actividad económica que va a ser interesante”. A pesar de ello sostuvo que “ni las obras de construcción, ni la planta de celulosa, ni el precio de la carne, ni la caída de las tasas de interés internacional solucionan los problemas que arrastran algunos sectores como puede ser la producción de arroz o la lechería que se vienen contrayendo en los últimos años de forma sostenida, que vienen destruyendo valor y empleo”.

El economista dijo que “esos sectores necesitan, de alguna forma, políticas más estructurales, cambios más sistémicos”, por lo que sostuvo que “el gobierno va a tener por lo menos dos desafíos importantes: el primero es reacomodar la situación fiscal, que es bastante desafiante, y el segundo es abordar una estrategia de crecimiento más integral que intente recomponer la competitividad general de toda la economía, algo que no es solamente un tema del dólar sino que es algo más estructural”.

En este punto dijo que el país debe rever la “la eficiencia, la productividad y la forma en que se forman los precios de algunos insumos claves como pueden ser la energía y el gasoil, que son insumos tan importantes para el agro”. Capurro dijo que desde su punto de vista “trabajar en esas reformas o trabajar en esas dimensiones es importante, es algo que Uruguay no ha hecho en muchos años, y para nosotros es esencial que se aborden esos temas para que Uruguay pueda volver a tener una perspectiva de crecimiento más sostenida y generalizada”.

Bajar costos no es sencillo

El economista de la consultora CPA Ferrere reconoció que dichas políticas pasan por bajarle los costos al sector productivo, pero agregó que esto “no es sencillo porque esos costos hoy están y existen por algo”. Para Capurro el país “seguramente” no fue consciente de esta situación de altos costos en “los años buenos de la economía uruguaya hasta 2014, 2015”, en dicho período “esos costos se podían asumir porque los precios internacionales lo permitían, la soja valiendo US$ 600, la leche en polvo US$ 5.500 la tonelada, todo eso tapaba cualquier ineficiencia o permitía mantener precios caros de los insumos”.

Sin embargo, cuando el mercado cambió de rumbo, la marea bajó, “el sistema productivo ya no pudo aguantar los costos que arrastraba y los mismos resultaron ser mucho más rígidos que lo que fueron los precios y eso en definitiva comprimió mucho lo que fue la rentabilidad y la ecuación económica de muchos sectores, entonces hay que hacer alguna reforma y algunos cambios que no son sencillos, si fueran tan sencillos los hubieran hecho”.

Si bien el próximo gobierno tiene desafíos muy importantes, las buenas noticias mencionadas por el especialista “generan una ventana de tiempo para encarar esos temas·. Capurro dijo “imagínense por un momento una foto donde tengamos estos mismos desafíos, pero donde las tasas de interés hubieran seguido creciendo a nivel internacional, donde Uruguay no hubiera confirmado una gran inversión con grandes obras y donde el precio de la carne estuviera planchado en los niveles que teníamos hace dos años, eso sería mucho más difícil de encarar”.

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