Según el estudio presentado este jueves del anuario de OPYPA, la carne bovina tiene la faena más baja de últimos 6 años durante el periodo 2019/2020, y las exportaciones en pie caen por cierre de Turquía, mientras que la  diferencia de inventarios fue positiva por 1ª vez en 4 años por menor tasa de extracción y producción récord de terneros. Las exportaciones en 2019/2020 caerán 16% en volumen, principalmente en la Unión Europea.

Las proyecciones señalan que la producción crezca 3% perspectivas de primavera y verano con menos lluvias de las necesarias, precios de granos forrajeros encarecidos y las exportaciones aumentarán 7%.

En cuanto a la carne ovina, la faena comercial crece 8%, mientras que las exportaciones 2020 caen 11%. Respecto a la lana, se vio una producción estable respecto a la zafra anterior. Y las exportaciones cayeron 50%.

Las proyecciones para el próximo ejercicio señalan exportaciones,  7% superiores en cuanta a carne, mientras que las de lanas aumentarán 61%.

Para la lechería marcan que la remisión de leche a industria crece 0,8%, con un invierno con escasez de lluvias, falta de pasturas por déficit hídrico verano 2019-2020 compensado con suplementación. Las exportaciones crecen  3%, con más volumen y menor precio.

La proyección es que la remisión de leche a industria aumente 5% y las exportaciones 3%.

Aunque, en promedio, el desempeño de las cadenas agroindustriales y, en particular de las alimenticias, se vio menos afectado por la pandemia en comparación con el resto de los sectores de actividad, el déficit hídrico del verano 2019-2020 ya había generado impactos a nivel productivo, motivo por el cual se declaró oportunamente la emergencia agropecuaria en el país. • Las previsiones de la actividad económica global y nacional contienen un alto grado de incertidumbre, en la medida que la pandemia por COVID-19 parece no haber finalizado aún y porque en el ámbito local los pronósticos de ocurrencia del fenómeno de “La Niña” durante la temporada estival 2020-2021 imprimen una gran variabilidad a los resultados productivos esperados.

Por lo tanto el PBI agropecuario cae en el 2020 2,9%, pero se proyecta un crecimiento de 4,6% para el año 2021.

Allí se agrega que la economía uruguaya se contrajo 6% en el primer semestre del año en comparación con el mismo período de 2019, afectada por la pandemia por COVID-19 y, en menor medida, por el déficit hídrico registrado en el verano 2019-2020. • La declaración de emergencia sanitaria por COVID-19 modificó la movilidad de las personas, particularmente durante el segundo trimestre del año, y se reflejó principalmente en la reducción del valor agregado de la actividad comercial y de servicios. • En el caso de las actividades agropecuarias el primer trimestre se presentó más desfavorable respecto al segundo, debido a una menor producción agrícola y pecuaria. • La caída del valor agregado de la agricultura se explicó por una menor producción de soja en la zafra 2019/2020 debido a la incidencia del déficit hídrico del verano 2019-2020, que dio lugar a un descenso de los rendimiento respecto a la zafra anterior, en la que además se habían registrado máximos históricos.

Las exportaciones de bienes (incluida la celulosa) registrarían al cierre de 2020 una contracción de alrededor de 13% en valor respecto a 2019. • Las exportaciones agroindustriales totalizarían unos US$5.857 millones, esto es, un 17% menos que el año anterior.

Las exportaciones de bienes (incluida la celulosa) registrarían al cierre de 2020 una contracción de alrededor de 13% en valor respecto a 2019. • Las exportaciones agroindustriales totalizarían unos US$5.857 millones, esto es, un 17% menos que el año anterior.