El mercado de haciendas gordas está que arde y, si algo le faltaba, era otra noticia alcista.

No es novedad que los precios de los ganados para faena han venido experimentando una escalada ascendente desde la primavera pasada. El clima propio de esa estación se extendió virtualmente durante el verano y el otoño en Uruguay, haciendo que los invernadores, así como los criadores, contaran con el recurso fundamental para mejorar su posición negociadora y los precios: el pasto.

Éste fue el primer factor que colaboró para defender el margen ganadero frente las propuestas de precios de los frigoríficos, lo que se traducía en una menor oferta de lo habitual, ya que había con lo qué defender las gorduras ganadas.

Pero, si una menor oferta para una demanda estable ya puede ser un factor alcista, cuando se dan las condiciones para que a la escasa oferta se sume una demanda insaciable, no hay otro lado para donde disparar el precio que hacia arriba.

Eso es lo que sucede actualmente, ya que la peste porcina africana que asuela China aumentó la necesidad de carne vacuna de ese país rápidamente. Pero, por si eso fuera poco, el recientemente declarado brote de vaca loca atípica en Brasil autocensuró el envío de contenedores con carne vacuna de ese país hacia el país asiático.

Por lo tanto, a una oferta casi virtual debido a la falta de ganados preparados para faena, se le suma estos dos factores sanitarios que aumentan todavía más la demanda.

De acuerdo a la información recogida de las fuentes del mercado por Negocios Ganaderos, las entradas a planta son muy ágiles, ya que la avidez lleva a las empresas a buscar cubrir los turnos de faena, con todo aquello que puedan encontrar. Hasta el momento, parecería que las pérdidas operativas por faenar fueran menores que aquellas por detener las operaciones. Por lo menos en las plantas más grandes. Algunas, incluso, ya venían anunciando la licencia anual para su personal, de forma de realizar operaciones de mantenimiento a la espera de la llegada de agosto, época de clima más propicio para empezar a encontrar mayor cantidad de ganado gordo para faena.

Distinto es el caso de algunas plantas de menor escala, que vienen teniendo problemas desde hace meses para conseguir materia prima a precios competitivos. Ante la imposibilidad de poder competir a precios competitivos por los pocos ganados que aparecen, algunas han decidido suspender las faenas. Por el momento se habla de hacerlo en forma temporal.

La reposición sigue muy firme, con los invernadores buscando animales sin especular demasiado, dado las perspectivas de los mercado cárnicos internacionales. Los criadores siguen solicitando precios por encima de las referencias del mercado, lo que hace más lento el cierre de negocios.

Por el novillo gordo se está pagando US$ 3,85 por kilo carcasa, pudiendo pagarse todavía algunos centavos adicionales, ante la posibilidad de armar lotes de volumen. La vaca consigue US$ 3,65 mientras que la vaquillona se consigue por US$ 3,75.

Ovinos

En ovinos, se ve un mercado con los compradores buscando de la que categoría que pueda aparecer pero conscientes que estamos en el período del año donde la oferta se vuelve casi inexistente. Así lo refleja la última faena informada por INAC (3 mil cabezas).

Por el cordero pesado se paga US$ 3,55 por kilo carcasa. El capón consigue US$ 3,30 mientras que la oveja alcanza los US$ 3,20.