El peso medio de faena de las carcasas bovinas en 2023 superó por primera vez en la historia los 260 kilos y hay posibilidades ciertas de que en 2024 ese récord vuelva a ser quebrado.

El máximo se alcanzó a pesar del hándicap sobre fines del primer trimestre del año, cuando se dio de lleno el impacto de la sequía sobre el estado corporal de los animales. Las excepcionales condiciones forrajeras del último trimestre más que compensaron esa caída.

El peso medio de las carcasas bovinas culminó el año por encima de los 270 kilos. Lo que no tantos años atrás era un muy buen peso para las carcasas de novillos, ahora es el promedio de todos los animales que ingresan a planta. Los novillos superan los 290 kilos de promedio y las vacas los 250 kilos.

Es evidente que hay algo de coyuntural en estos registros, dado que las excepcionales condiciones forrajeras, tal como indica el adjetivo, son una excepción. Sin embargo, parece probable que en 2024 las carcasas vuelvan a ser tan o más pesadas que el año pasado.

Hay dos factores que van a estar permitiendo este aumento. Por un lado, la proporción de vacas dentro del total faenado va a descender. Las ideales condiciones en las que se está desarrollando el entore permite anticipar un muy alto dato de preñez, por lo que la cantidad de vacas que pasarán a las invernadas —contrariamente a lo que sucedió luego del entore pasado— será significativamente menor. Las carcasas de las vacas son, en promedio, más livianas que las de novillos, por lo que, al caer su proporción, tenderá a subir el peso medio de las carcasas.

Por otro lado, parece bastante probable que la cantidad de animales que sean terminados en corrales de engorde aumentará en proporción este año, y esos animales tienden a tener carcasas más pesadas.

En síntesis, tras haber culminado 2023 con un peso medio de las carcasas algo por encima de los 260 kilos, hay elementos para pensar que ese valor —si el clima no juega una muy mala pasada en el correr del año— volverá a ser superado en el año que está comenzando.