En los primeros cinco meses del año el valor medio de los novillos enviados a faena fue de US$ 3,92 el kilo carcasa, con un descenso de 23% respecto a los más de US$ 5 que se habían pagado, en promedio, durante los mismos meses del año pasado. Mientras tanto, el valor medio de la tonelada de carne exportada —principal determinante del precio de la hacienda a faena— también bajó, pero lo hizo en proporciones menores, de 13%.
La dispar evolución de ambas variables —aunque guardan la misma tendencia— tiene que ver, seguramente, con la tendencia opuesta que se dio en los precios del mercado internacional en ambos años. Mientras que en los primeros meses de 2022 el precio internacional de la carne vacuna estaba en un espiral alcista que lo llevó a niveles récord, en este sucede exactamente lo contrario: hay una fuerte presión a la baja que, por el momento, no muestra señales de que empiece a quedar atrás.
Los frigoríficos están vendidos para adelante en 4-6 semanas (o más). Los precios a los que compran la hacienda están determinados por las cotizaciones a las que están concretando los negocios en ese momento, que serán las que aparezcan en los registros de Aduanas y del INAC cuando se efectivice esa operación, al momento de embarcarse. Por lo tanto, tiene su lógica que, en momentos de suba de los precios del mercado internacional, el de hacienda “anticipe” precios más altos, en tanto que cuando la tendencia es a la baja, suceda lo contrario y lo que se “anticipe” sean los precios más bajos a los que se está vendiendo en ese momento.
Al observarse cómo evolucionan ambas variables en otros países exportadores, se advierte que en general sucede lo mismo. Pasa en Australia y Argentina (aunque el dato argentino hay que tomarlo con pinzas, por la subfacturación a la que lleva el doble tipo de cambio) y, en menor medida, también en Brasil y Paraguay. En cambio, sucedió lo contrario en Estados Unidos que atraviesa por una fase de recomposición de existencias, con un mercado interno recalentado para la hacienda a faena y con valores de exportación que acompañan la tendencia de los demás proveedores.
Lo que habría que esperar es que, en el mediano plazo, la evolución de los precios de la hacienda y el valor medio de exportación de la carne vacuna converjan con variaciones de similar proporción.
En el caso del ovino la evolución de los precios de los animales a faena y de la tonelada exportada ha sido similar. El cordero bajó 25% en promedio en los primeros cinco meses de este año, a US$ 3,25 el kilo carcasa y los animales adultos 28-29%, en tanto que la tonelada de carne ovina perdió 25% en la comparación anual.