“La mesa está servida”, dijo pocos años atrás Alberto González, director de frigorífico Las Piedras, sobre el estado de situación del mercado ganadero y de la carne. El tiempo le dio la razón, porque los precios alcanzaron pocos meses después niveles récord.
Aunque el recalentamiento del mercado este año no se supone que llegue a los niveles de 2022 —tampoco se preveía en aquel año— las cosas están dadas como para que los precios ganaderos tengan un muy buen desempeño este año.
Por lo tanto, por el lado de los precios, el incentivo está dado para invertir en el aceleramiento de la recría y el engorde, de manera de tener una mayor cantidad de animales con los que aprovechar los actuales precios. Esto debería incentivar no solo la demanda desde los corrales de engorde —acá lo que juega en contra son los muy altos precios del ganado de reposición, que recorta los márgenes— sino también la inversión en pasturas mejoradas. Sin embargo, aunque la demanda por semillas forrajeras es creciente, no se advierte la intensidad que la coyuntura sugiere, algo que se justificaría por la favorable relación Insumo/Producto y por las dificultades para la siembra en los dos años anteriores.
La superficie ocupada por verdeos y praderas permanentes en 2024, de acuerdo con datos oficiales del Ministerio de Ganadería, fue la menor desde 2018. La superficie de praderas permanentes está cayendo desde el pico de 1,31 millones de hectáreas en 2020, pero esa baja era compensada por el aumento del área de verdeos de invierno, tanto avena como raigrás. Eso cambió el año pasado, dado que los excesos hídricos en el otoño impidieron la siembra e hicieron que se perdiera parte de la superficie sembrada.
El año pasado, verdeos de invierno y praderas permanentes ocupaban 1,75 millones de hectáreas, 138 mil menos que el año anterior y la menor superficie desde 2018. La caída anual del área de verdeos fue de casi 100 mil hectáreas.
De acuerdo con información de Anaprose, los precios de las semillas forrajeras bajaron de forma significativa este año, en tanto que los demás insumos (con la excepción de los fertilizantes, mayormente estables), también están más baratos. Por lo tanto, la relación Insumo/Producto es muy favorable para la inversión en pasturas, no solo en el caso del ganado de carne, sino también en el de leche.
“La demanda es creciente y mayor a la del año pasado”, opinó Gonzalo Soares de Lima, gerente comercial de la Unión Rural de Flores (URF). La operativa de venta de avenas está prácticamente culminada y se está en plena comercialización de raigrás, así como de semillas de praderas. En el caso del raigrás, Soares de Lima dijo que la demanda “es firme”, con precios más bajos que el año pasado debido al remanente de semilla que quedó en 2024 por las dificultades para sembrar.
Sin embargo, dada la coyuntura, la expectativa era de una demanda más intensa. “La demanda por avenas fue alta, pero menor de lo que se preveía”, opinó Nicolás Arruabarrena, integrante del equipo comercial de PGG Wrightson.
Hay un factor que siempre es tenido en cuenta por el productor y es la muy abundante disponibilidad de pasto, lo cual puede jugar en contra de la decisión de sembrar pasturas, más allá de que, en las actuales condiciones, el retorno de la inversión se prevé muy bueno. Además, “las praderas de segundo año están espectaculares”, dijo Arruabarrena, lo que juega en el mismo sentido.
En el caso de las semillas de pradera, tanto gramíneas como leguminosas, la expectativa es de una operativa creciente, sostenida por la mejora del ánimo que implica la suba en los precios ganaderos. “Había más semilla de lo que se pensaba, pero se va a vender todo”, dijo el integrante de PGG Wrightson.
En el mismo sentido opinó Soares de Lima: “Hay mucha demanda por materiales de punta, de a poco se nota que empieza a faltar”.
En definitiva, más allá de la abundancia de pasto, las condiciones están dadas para que la inversión en pasturas sea un muy buen negocio. La mesa está servida.