El cociente entre el precio del kilo de ternero y el del novillo gordo, conocido como la “relación de reposición”, mantuvo una consistente tendencia a la baja desde fines de abril, pero están dadas las condiciones para que la tendencia no se mantenga en las próximas semanas y comience una gradual recuperación.
La relación de reposición alcanzó un pico este año de casi 1,40 en la segunda quincena de abril. Desde entonces, en buena medida por las complicaciones derivadas de los excesos de precipitaciones, se dio una consistente baja hasta un eje de 1,23 la semana pasada. El precio de la reposición tiene una vinculación mayor con las condiciones forrajeras que el precio del gordo, por lo que las dificultades para aprovechar las pasturas sembradas (las que se pudieron sembrar) impactaron en los precios de los terneros más que en el gordo.
Mientras el novillo gordo especial pasó de menos de US$ 3,50 en febrero a más de US$ 3,90 (una recuperación del entorno de 50 centavos por kilo carcasa), el de los terneros tiene una referencia de algo menos de US$ 2,50 el kilo (la misma que en febrero) y por debajo de los US$ 2,70 que alcanzó en la primera quincena de abril.
El invierno fue duro. No hubo piso y los intensos y consecutivos fríos de la primera quincena de julio le pegaron duro a la reposición, a pesar de que la demanda desde la exportación se ha mantenido firme.
Ahora, la expectativa es que las cosas comiencen a cambiar. Las lluvias parecen haber evolucionado hacia un régimen más normal, los días se comenzaron a alargar y los intensos fríos de un par de semanas atrás han evolucionado hacia un clima invernal más usual para estos últimos tiempos en el país. A su vez, aunque el mercado del gordo está recalentado por la escasez de oferta, las condiciones del mercado internacional no parecen sustentar subas adicionales significativas en los precios de los animales a faena.
Por lo tanto, lo más probable es que la tendencia a la baja en la relación de reposición comience a quedar atrás, como suele pasar cuando se empieza a acercar la primavera. Quizás los remates de estos días sean buenos para los invernadores para aprovechar una coyuntura favorable, siempre y cuando sus condiciones forrajeras hayan empezado a mejorar.