La cadena cárnica uruguaya (ganadería + industria) genera un impacto directo de US$ 3.580 millones y otro indirecto de US$ 4.300 millones, lo que suma unos US$ 7.900 millones, equivalente a +10% del PIB, según un trabajo que este jueves presentó Ceres en el hotel Hyatt en el marco de la presentación anual que cada año realiza el INAC.

Por cada dólar de producción directa en frigoríficos, el impacto en el PIB por los encadenamientos generados en toda la cadena más que se duplica (solo es superador por la lechería y la madera sólida). Para exportación de ganado en pie –que incluye sólo la cría de ganado– el multiplicador es 0,63, según Ceres.

Por otro lado, el sector vacuno y ovino genera 65.400 empleos en la fase primaria, otros 1.260 en transporte, y 22.140 en la fase industrial, lo que totaliza 88.800 fuentes de trabajo. La masa salarial generada por el sector de la ganadería vacuna y ovina es US$ 64 millones, lo que equivale al 47% del total. En segundo lugar, aparecen los cultivos agrícolas con el 18%, y luego la lechería y la celulosa con el 14% cada uno.

El empleo, sobre todo en fase primaria, es más intensivo en sectores de menor nivel educativo que el empleo total de la economía, por lo que de alguna forma existe cierta “contribución social” de esta cadena al emplear personas con menor calificación y también de zonas geográficas del país que tienen menores niveles de desarrollo, destacó el economista Ignacio Munyo, director ejecutivo de Ceres.

“El hecho de que la ganadería genere empleo en departamentos de mayor desempleo, menor nivel educativo y menores ingresos, motiva aún más a generar un impulso de la producción”, afirmó el experto.

 

Impuestos por casi US$ 700 millones

Por otro lado, la cadena cárnica generó un pago de impuestos directos de US$ 474 millones por año (en promedio entre 2022 y 2023), lo que significa US$ 200 por animal faenado. Si se le suman impuestos indirectos (aportes por IRPF y los aportes personales a la Seguridad Social) la cifra asciende a los US$ 686 millones, la cadena agroindustrial de mayor aporte del país.

Con una extensión de más de 12 millones de hectáreas, la fase primaria de la ganadería aporta en impuestos directos US$ 222 millones anuales, unos US$ 93 por cabeza faenada. Sumado los indirectos, supera los US$ 300 millones al año, según Ceres.

En fase industrial, la cadena cárnica generó un pago de impuestos directos de US$ 238 millones por año, US$ 100 por cabeza faenada (en promedio entre 2022 y 2023). Si se suman impuestos indirectos, la cifra asciende a los US$ 364 millones. Esto genera que la carga impositiva directa para la industria alcance el 29,6% del Valor Agregado de la industria frigorífica versus el 27,5% del comercio o el 28,1% de la construcción, por ejemplo.

 

Aranceles, el freno para elevar faena

Uruguay enfrentó en 2023 una carga arancelaria de 11,9% de sus ventas, US$ 252 millones (Australia ronda el 5%). Según Ceres, estos números dejan en evidencia la elevada carga arancelaria que enfrenta la exportación de carne bovina, menudencias y subproductos en Uruguay, así como la alta concentración de las colocaciones en lo que respecta a mercados.

De acuerdo con Ceres, un crecimiento del 20% en producción (100 mil tons) generaría un incremento de 1,5% del PIB y 3.000 empleos adicionales. Sin embargo, esto tiene un freno porque un aumento en la producción, con las condiciones de acceso actuales, implican una carga arancelaria aún mayor que la actual. En ese sentido, se planteó buscar mecanismos para reducir o compensar la elevada carga arancelaria, mejorar la productividad y dar señales

claras de impulso al sector para que la faena vacuna crezca y deje moverse sobre una franja promedio de 2,2-2,3 millones como lo hizo en los últimos 20 años.

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