Foto: Portal Frutícola

Las bajas temperaturas que se registraron en buena parte de julio resintieron las tasas de crecimientos de verdeos como avenas y raigrases, praderas, y hasta del campo natural. Eso llevó a que durante julio se registrara una “fuerte demanda” de los productores para la aplicación de nitrógeno, en particular de urea azufrada, dijo a La Lechería el Ing. Agr. Martín Maccio, integrante del departamento de Insumos en Zambrano & Cía.

La urea es tradicionalmente el fertilizante con el precio más volátil en los mercados. La amenaza de la guerra entre Israel e Irán, con el posterior ingreso de EEUU, llevó a que el precio de la tonelada subiera unos US$/t 100, aunque luego que los vientos bélicos se aplacaran, su cotización bajó un escalón. Actualmente, la tonelada de urea azufrada se está negociando sobre un eje de US$/t 530.

“La zafra de consumo de nitrógeno para Prolesa va entre mayo y agosto. Fue muy fluida, con mucha venta, bastante por encima de lo histórico, por motivos productivos y de mercado”, explicó a La Lechera el responsable de fertilizantes de Prolesa, Andrés Fleitas.

Según detalló, al inicio de la zafra se vivió “como un juego de cartas” por la amenaza de la guerra con Irán, con operadores retirando ofertas y generando una “psicosis” que impulsó los precios. “Llegamos a vender casi el doble de lo que vendíamos en junio. Luego, en julio, si bien aflojó un poco, seguimos por encima de lo habitual”, destacó.

Uno de los cambios que Maccio destacó en los pedidos que están haciendo los productores es la preferencia por la aplicación de ureas azufradas en lugar de la granulada tradicional. “La aplicación de azufre se ha vuelto un elemento central para muchas chacras”, consideró. El uso de ureas protegidas (suelen ser de color verde, rojo, azul) —que tienen una liberación más contralada de los nutrientes y reducen los niveles de pérdidas—, también está creciendo en su aplicación.

En la misma línea, Fleitas acotó que el “producto más demandado” fue la urea azufrada, que representó entre 60% y 70% de las ventas, mientras que el resto fue urea común. Prolesa prevé que en agosto la demanda continúe, primero para la refertilización de verdeos y luego para la etapa de reservas, tras lo cual la demanda debería estabilizarse.

En el caso de los cultivos agrícolas de invierno como colza, carinata, cebada y trigo, ya se comenzaron a realizar aplicaciones de urea Z22 para ajustar la composición de nitrógeno. “Hay una demanda más que interesante”, aseguró. Añadió que esto se debe a que el crecimiento viene con cierto atraso producto de que junio fue un mes muy complicado para las siembras, y también realizaron “muchas resiembras” o se resintió la densidad de plantas en algunas chacras. De todas formas, el estado de los cultivos de trigo y cebada que se implantaron en julio muestran “buenos nacimientos”, destacó Maccio.  

Potasio y fósforo

El mercado de fertilizantes de fósforo y potasio también viene mostrando un escenario de firmeza en sus precios, traccionado por una “demanda internacional pujante”, aseguró el integrante del departamento de Insumos en Zambrano & Cía. “Hoy la foto muestra valores estables, pero la flechita tira más bien para arriba”, advirtió Maccio.

Fleitas dijo que los precios del fósforo se han mantenido “bastante altos desde febrero y marzo, en niveles históricos, al punto de comenzar a regularse por la destrucción de demanda”. Muchos agricultores en el mundo están optando por reducir las dosis o incluso no aplicar. “Nadie quiere ponerse en posición a dos meses de la zafra, y eso puede generar un problema de disponibilidad. Todo el mercado se ha vuelto muy especulador, esperando hasta último momento para ver si baja el precio”, explicó el responsable de Prolesa.

Con precios cercanos a US$/t 850 para el fósforo, la capacidad de repago de los granos (con precios deprimidos) disminuye, aunque la lechería “se defiende mejor”. Sin embargo, Fleitas advirtió que “todo tiene un límite” y que ya se comienzan a buscarse alternativas, como el 7-40, para acceder a alternativas más económicas.

El mercado todavía “no está del todo armado”, aunque lentamente los productores comienzan a cerrar posiciones de compra, tendencia que se acelerará desde agosto, sobre todo para la implantación de cultivos como maíces de primera y arroz, según Maccio. Luego habrá una segunda etapa ya para soja, sorgo, y girasol, cultivo este último que tendría un crecimiento en su superficie.

En cuanto a la disponibilidad, Maccio aseguró que hoy no hay grandes inconvenientes en la oferta disponible de la gran mayoría de los fertilizantes, más allá de alguna demora puntual por la llegada de barcos con urea azufrada.

 

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