El crecimiento demográfico, la urbanización y la búsqueda de alimentos saludables impulsarán el consumo de productos lácteos a nivel mundial en las próximas décadas.
El mercado lácteo global se encuentra en plena transformación, impulsado por cambios en la población, en la estructura económica y en las preferencias de los consumidores.
Así lo sostiene un reciente estudio de Mercedes Baraibar y Natalia Di Candia, del Área de Información y Estudios Económicos del Instituto Nacional de la Leche (INALE), publicado en el Anuario de Opypa 2025.
La proyección más relevante apunta a que hacia 2054 la producción de leche deberá incrementarse en más de 340.000 millones de litros a nivel mundial para satisfacer la creciente demanda.
Esta cifra surge de una combinación de dos factores clave: el crecimiento poblacional (de 8.127 millones de personas en 2024 a 9.796 millones en 2054) y un aumento proyectado del consumo per cápita de 119,1 a 134 litros por año.
Aunque el crecimiento será global, los países en desarrollo serán los principales protagonistas. En estas regiones se espera un aumento más dinámico de los ingresos, lo que impulsará el consumo de lácteos de mayor valor agregado.
Países como India, Pakistán, Indonesia y Vietnam no solo concentrarán buena parte del crecimiento poblacional, sino que también incrementarán significativamente su consumo individual de productos lácteos, tanto frescos como procesados.
Por otro lado, la urbanización —que alcanzará al 70% de la población mundial en 2050— y la globalización de los hábitos de consumo también serán motores clave. Las dietas occidentales, con mayor presencia de productos lácteos, se han extendido más allá de sus regiones de origen. Cadenas de comida rápida, panaderías, pastelerías y restaurantes han contribuido al crecimiento de la demanda de manteca, crema, quesos y otros derivados lácteos en regiones donde históricamente su consumo era marginal.
Los productos
En términos de productos, los lácteos frescos serán los más consumidos en los países en desarrollo, mientras que en las economías desarrolladas se observa una transición hacia productos más sofisticados o funcionales. Según la Federación Internacional de Lechería, el consumo global de productos lácteos crecerá 1,4% anual hasta 2033, con una marcada diferencia entre países desarrollados (0,5%) y en desarrollo (2,1%).
Entre los productos con mayor potencial de crecimiento aparece el suero de leche, que ha dejado de ser un subproducto residual de la industria quesera para transformarse en una materia prima de alto valor. Se utiliza en fórmulas infantiles, suplementos nutricionales y alimentos funcionales, y se espera que su demanda global crezca a una tasa de 7,5% anual entre 2024 y 2032.
En este escenario, la industria láctea mundial deberá adaptarse no solo a un mayor volumen de producción, sino también a una demanda más exigente en términos de calidad, funcionalidad y sostenibilidad.
Los consumidores valoran cada vez más los productos saludables, seguros y nutritivos, así como aquellos que respetan el bienestar animal y el medioambiente.

