En un movimiento sorprendente, BRF y Marfrig anunciaron el pasado jueves que negocian una fusión que, si tiene éxito, creará un gigante global con una facturación superior a los US$ 20.000 millones. Las dos compañías firmaron un acuerdo que prevé exclusividad en las negociaciones entre ambas por 90 días, prorrogables por otros 30. En caso de fusión, los actuales accionistas de BRF tendrán el 84,98% del capital de la nueva empresa y los de Marfrig el 15,02% restante.

La transacción “reforzará (...) la adecuación de la estructura de capital”, así como “el foco de Brasil en el mercado halal (...) y en los demás mercados internacionales”, subrayaron las compañías en un comunicado enviado al mercado de valores de Nueva York.

Marfrig es la segunda productora mundial de carne bovina y BRF la mayor productora brasileña de carne de pollo y porcina, así como líder de carne faenada bajo el rito halal en Oriente Medio.

En su comunicado al mercado, Marfrig dijo que el objetivo de la fusión es “crear un líder en el mercado mundial de proteínas con una amplia diversificación geográfica y de productos”, además de “reducir los riesgos y aprovechar el alto potencial de sinergias operativas y financieras en virtud del equilibrio y complementariedad de productos, servicios y diversificación geográfica con relevancia en Brasil, EEUU, América Latina, Medio Oriente y Asia”.

La facturación de ambos grupos totalizó el año pasado R$ 70.000 millones (unos US$ 19.000 millones, al cambio promedio de ese año), frente a los R$ 181.000 millones de su principal competidor (JBS).

El anuncio se produce a pocas semanas del final del mandato de Pedro Parente como CEO de BRF. A partir del 17 de junio, se quedará sólo como presidente del Consejo de Administración y pasará el bastón a Lorival Luz, actualmente vicepresidente ejecutivo.

La aproximación entre las dos empresas comenzó a finales del año pasado, cuando Marfrig compró de BRF a la argentina Quickfood y una fábrica de hamburguesas en Mato Grosso.