Desde mediados de la semana pasada la operativa en el mercado del ganado gordo se contrajo a un mínimo debido a la intención de la demanda de reducir fuertemente los precios de compra y el rechazo de la oferta a aceptar los nuevos valores propuestos. A ello se agregaron las muy copiosas precipitaciones de las últimas horas, que seguirán hasta el jueves, y que atentarán contra el envío de animales a plantas de faena.
Tres operadores del mercado consultados ayer coincidieron en cuanto a que los negocios prácticamente se paralizaron desde que la industria comenzó a ofrecer precios que se ubican US$ 20-30 centavos por debajo de las anteriores referencias. No se supo de operaciones a esos precios. A su vez, claramente el mercado no muestra la dinámica ni las cotizaciones que había hasta principios de la semana pasada.
En este contexto se dificulta para establecer precios de referencia, pero en el caso de los novillos las operaciones podían concretarse a US$ 3,55-3,65 el kilo carcasa y las vacas en un amplio rango de US$ 3,10 a US$ 3,30. Hay plantas en las que las entradas se acortaron a 5-7 días, en tanto otras están más holgadas, compradas a 12-14 días.
En dos semanas serán las Pascuas, momento en el que la faena se reduce drásticamente. Además, al cierre por cuatro semanas de Marfrig-Inaler comentado la semana pasada se sumará el de San Jacinto en la última semana de marzo y primera de abril. Otros frigoríficos reducirán días de faena en el intento de acompasar la demanda a la escasa oferta, más aún luego de los temporales de esta semana.
Desde el lado del productor, los precios de la reposición subieron fuertemente en las tres últimas semanas, por lo que una baja del gordo amenaza su resultado económico.
Habrá que esperar para saber dónde comienza a formarse el mercado nuevamente. En principio, parece claro que se dará una caída importante en el nivel de faena.