Las ventas de carne vacuna estadounidense a China cayeron drásticamente en marzo después de que el gobierno chino permitió que expiraran los registros que autorizaban las exportaciones de cientos de plantas procesadoras estadounidenses. La falta de renovación ha afectado la confianza de los exportadores y compradores chinos, que ahora evitan hacer negocios con carne producida después de esa fecha debido a la incertidumbre sobre la liberación de los productos en las aduanas.
En la semana que finalizó el 20 de marzo, las exportaciones de carne vacuna estadounidense a China totalizaron solo 54 toneladas. La semana anterior se registraron 192 toneladas. En contraste, en las cuatro semanas anteriores, los volúmenes estuvieron cerca o por encima de las 2.000 toneladas por semana, según datos del USDA. Además de la cuestión regulatoria, una disputa arancelaria entre ambos países ha aumentado los aranceles a la carne vacuna y otros productos estadounidenses, haciéndolos menos atractivos para los importadores chinos.