Aunque tiene alrededor de tres meses para concluir el análisis de la venta de los activos de Marfrig a Minerva, el Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE) se dispone a juzgar el caso a finales de septiembre, supo Broadcast. En agosto, luego de que la Superintendencia General (SG) del organismo recomendara la aprobación de la operación condicionada a un acuerdo con el CADE, el consejo amplió en 90 días el plazo para analizar el proceso.

Según las fuentes, sin embargo, la idea es no aprovechar este plazo en su totalidad, lo que, de utilizarse, pospondría el juicio al último trimestre del año. Por ahora, la tendencia más fuerte es que el tribunal siga la sugerencia del SG con la validación de la transacción, aunque los detalles sobre el nivel de “remedios” todavía están bajo discusión.

Las sesiones de septiembre están previstas para los días 11 y 25 del mes. El caso lo lleva adelante el consejero Carlos Jacques. La operación, anunciada en agosto de 2023, involucra 16 activos por valor de R$ 7,5 mil millones. Existen 11 plantas de carne vacuna en Brasil, una unidad industrial en Argentina y otras tres en Uruguay, además de una planta de ovinos en Chile y un centro de distribución en Brasil.

En una orden firmada a principios de agosto, la SG recomendó que la operación se aprobara mediante la firma de un Acuerdo de Control de Concentración (ACC). Como consignó Broadcast, este acuerdo tiene como objetivo revisar una cláusula de no competencia en el mercado de la carne vacuna prevista en el contrato de compraventa firmado por las empresas. Según el superintendente general del organismo, ante las preocupaciones del CADE, las empresas que cotizan en bolsa negociaron “una reducción del alcance geográfico y de producto de la cláusula de no competencia inicialmente prevista”.

En el análisis, el SG del Cade identificó superposiciones horizontales en la operación en Goiás, Mato Grosso y Rondônia y una integración vertical entre las actividades de sacrificio y deshuesado de carne vacuna y el procesamiento de carne de Minerva. A su vez, entendió que la operación “no plantea problemas de competencia en los mercados” analizados.

Pero la concentración de las actividades de compra de ganado a los ganaderos por parte de los frigoríficos en el caso de Goiás todavía suscita debates en el seno del consejo, constató Broadcast, lo que podría llevar a la ACC a tener una versión ligeramente más dura que la sugerida por el SG. Sin embargo, las discusiones aún están en curso. Algunos interlocutores creen que es necesario profundizar en el ACC, en cuanto a su alcance, funcionamiento y efectos en los eslabones de la cadena ganadera. “Los términos del ACC deben ser conocidos por todos”, señaló una fuente.

Las fuentes afirman que en estos momentos la preocupación que planea sobre el colegiado está relacionada con la verticalización de los jugadores, que operan desde el confinamiento hasta la producción y el comercio minorista. Se descartó el riesgo de concentración porque los estudios indican que incluso en los mercados con mayor presencia de Minerva todavía hay una distancia de hasta diez puntos porcentuales de cuota de mercado con respecto al líder del mercado.

“La operación verticalizada es una de las principales preocupaciones en el mercado de Goiás, por ejemplo, donde las empresas ya tienen una fuerte presencia en el confinamiento, con numerosas plantas, y una ampliación podría distorsionar el mercado ganadero y provocar una competencia desleal”, afirmó un interlocutor. Una vez eliminado el riesgo de concentración, los tribunales no suelen solicitarían ninguna desinversión por parte de Minerva.