Fue empleado del tambo de Laetitia d'Arenberg y su hijo. En 2001, previo a la debacle financiera de la última gran crisis que sufrió el país, compró una chacra en la zona de La Macana (Florida) y decidió, junto a su esposa, embarcase como quesero en un predio de 25 hectáreas ordeñando 4 vacas. En 2011 ya tenía 25 vacas y fue cuando decidió incursionar en la lechería para remitir a Conaprole. Hoy está feliz con el camino que escogió, mira con optimismo el negocio y tiene la expectativa de seguir progresando para que su hijo pueda seguir en la lechería. Este es un (muy) breve resumen de la entrevista que Roberto Fernández brindó a La Lechera para hablar de su emprendimiento y de cómo ve al sector.
¿Qué área estás manejando actualmente en tu tambo?
Hoy en día tenemos una superficie de 85 hectáreas, 25 propias y el resto arrendado. Estamos ordeñando 75 vacas, pero siempre tenemos la expectativa de continuar creciendo en la actividad.
¿Qué tipo de sistema implementas?
Es totalmente pastoril. Ahora con la seca tuvimos muchas vacas encerradas y comiendo mucho fardo. Por suerte teníamos una muy buena reserva de fardos para sortear este momento tan complejo. También tuvimos que comprar fardos, pero se logró mantener la cantidad de vacas. El año 2022 fue el primero en el que decrecimos en la producción de leche, producto de la seca.
¿Cómo está compuesta tu familia?
Con mi señora tenemos dos hijos adolescentes. La más chica está culminando una carrera de marketing, mientras que el varón está trabajando actualmente en la doble vía de la ruta 5. A nuestro hijo le gusta el tambo, por tanto, tenemos la expectativa de que a futuro pueda continuar con el emprendimiento familiar.
¿Tenés confianza en la lechería como una alternativa para producir en el campo? Es un sector que ha sido bastante golpeado a lo largo del tiempo.
A la lechería le veo futuro y hago lo que me gusta. Es un trabajo sacrificado, pero te podés hacer de capital, a base de deuda, pero se hace capital. En nuestro caso, año tras año hemos realizado mejoras en infraestructura, máquina de ordeñe, un tanque nuevo, tractores. Todo eso se pagó con el tambo, con la lechería.
¿Cómo te pegó esta última seca?
En el tema de aguadas estoy bien. En enero hicimos excavar las cañadas y prácticamente brotaba agua. Por otro lado, prácticamente perdí el 100% de las pasturas, incluso las praderas de primer año. Ahí decidí plantearle al ingeniero agrónomo que tenía decidido sembrar todo de verdeo y me fue bien. Planté 35 hectáreas de avena y otras 26 de raigrás, que justo ahora estoy por comenzar a pastorear. Es la pastura que tengo hoy y estoy bastante bien de leche.
En esta zona los promedios no son muy elevados, porque los campos no son muy buenos, pero actualmente estoy sobre los 15-16 litros diarios por vaca. En primavera se llega con facilidad a 20-21 litros de promedio. De todas formas, con ese manejo, con un bajo costo de suplementación, los números del negocio cierran.
Hoy el precio de la leche es bueno y los costos han bajado.
Sin dudas que el precio de la leche es bueno. El año pasado compré urea a esta altura a US$/ton 1.200-1.300 y ahora bajó a unos US$/ton 500. También los herbicidas han bajado a mitad de precio. Los insumos han bajado bastante.
¿Estás conforme con las señales que se han dado del gobierno para apoyar a la lechería?
En mi opinión la política no le da mucha importancia a la lechería. Se ha optado más por la parte forestal que por la lechería. Ese es mi punto de vista.
¿Cómo es el vínculo con la Sociedad de Productores de Leche de Florida?
Soy socio desde que me inicié como quesero hace más de 20 años, por un colega que me recomendó. Estoy muy conforme con los servicios que brinda. En mi caso, la parte que más utilizo es el campo de recría. Eso es muy útil para un productor pequeño, porque permite aliviar las cargas de los animales en el campo. Por ejemplo, ahora estoy acordando un canje con el Banco Lechero que tiene la SPLF. Voy a recibir vaquillonas prontas para ingresar al tambo a cambio de dos/tres terneras y le pago la diferencia al Banco Lechero. A mí ese negocio me sirve mucho. Además, el campo de recría me da siempre la prioridad de hacerme de mis propios animales. Cuando hay una vaquillona próxima me avisan, y si acepto el negocio, vuelve a mi establecimiento. Es decir, me da la oportunidad de acceder a la mejora genética que hago con mi propio rodeo. También utilizo mucho la estiercolera para la limpieza de las piletas de efluentes. El estiércol líquido y sólido se utiliza como fertilizante en el campo y es muy efectivo.