Dentro de estos 20 años de historia en los proyectos merinos para la producción de lanas finas y ahora ultrafinas en nuestro país, “transformamos un commodity en un especiallity y por lo tanto esos especiallitys no pasan por el precio sino por la demanda, inclusive en estos momentos de quietud”.
El presidente del CRILU ejemplarizó esta evolución señalando los datos de los borregos entregados por el consorcio a sus integrantes, “es la décima entrega con borregos próximos a los 70 kilos, 15 micras y fracción, dieron cinco kilos de lana, son animales diente de leche es decir que apenas cumplieron el año, es una genética que levanta todas las restricciones que se plantearon en un principio”.