Este año, a diferencia de los anteriores, el tradicional receso de invierno comienza en la quinta semana de la zafra, cuando normalmente es en la tercera. El retraso en la llegada del receso no ha sido un factor positivo para el mercado lanero, más allá que se registrara subas en la última de ocho ventas desde el comienzo del mes de julio.

El indicador cerró en US$ 7,42 con una pérdida de 21 centavos en el acumulado de las últimas cuatro semanas, en tanto que, en la moneda australiana, en A$ 11,24, ha perdido 18 centavos. A pesar de este descenso, se podría destacar que, de los 124.867 fardos propuestos en las salas de subastas en este período, se ha colocado el 90,8%, por lo que, a pesar de la baja en los precios, la lana encontró un canal de comercialización fluido.

Puntualmente en la última semana, tras el movimiento de las monedas causado por la decisión de China respecto a las tasas de interés, el mercado cerró la semana con pérdidas en el indicador, aun siendo alcista la última jornada de comercialización.

La demanda estuvo activa, claramente enfocada en lanas de mejor calidad y con datos objetivos destacados, sin embargo, también se registraron subas en lanas seleccionadas, que presentaron mayores contenidos de materia vegetal. Los valores que lograron un mejor posicionamiento fueron en las lanas de 17 a 18,5 micras esta semana, siendo menores las subas en los micronajes más fuertes del merino. En el caso de las lanas medias y gruesas, la oferta entre las 26 y 30 micras cerró la semana en alza.

Tras las dos jornadas de ventas de esta semana, la oferta se ubicó en los 31.960 fardos, de los cuales el mercado adquirió el 93,2%. Ahora el mercado entró en receso y retomará sus actividades el martes 20 de agosto.