El comentario diario de los operadores, hasta la jornada del miércoles, era de un mercado interno quieto por un lado e inquieto por otro. Directamente no se concretan negocios ante una demanda tranquila y cautelosa, y una oferta que en su gran mayoría está a la espera de lo que pueda llegar a pasar con las referencias de precios, que por algunas insinuaciones en lanas merinos distan muchísimo de las aspiraciones de los productores y más aún de los alcanzados la zafra pasada.
Pero si por un lado hay quietud, la ausencia de referencias claras preocupa principalmente a los productores pequeños, que comúnmente necesitan comercializar su lana para hacer frente a compromisos asumidos, pero además también preocupa a varias empresas consignatarias los adelantos ya otorgados a cuenta de una comercialización a futuro. Esto no quita que se continúen otorgando adelantos, pero si con un posicionamiento más cauto.