El SUL definió para el cierre de 2025 e inicio de 2026 una campaña sanitaria centrada en dos problemas estructurales del rubro ovino: los parásitos gastrointestinales y las afecciones podales. El Ing. Agr. Matías Orihuela, técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana en Salto, dijo que la decisión surgió del análisis realizado por el equipo técnico a nivel nacional, que coincidió en la urgencia de intervenir en estos dos frentes por su impacto productivo directo.

“Lo que resolvimos fue enfocarnos en los parásitos gastrointestinales, más que nada en la lombriz del cuajo, y también en las afecciones podales, haciendo mucho foco en el manejo, control y erradicación del pietín” dijo el técnico, explicando que el plan incluye la realización de jornadas en todo el país, organizadas por los técnicos zonales y acompañadas por veterinarios del SUL, encargados de dictar las charlas y coordinar las demostraciones en campo.

La modalidad combina instancias teóricas con actividades prácticas que permiten identificar síntomas, clasificar grados de afección y comprender los manejos sanitarios recomendados.

Para el SUL, “aunque las charlas estén en YouTube y haya muchísimo material publicado, entendemos que hay que ir a los lugares donde el acceso es más difícil y trabajar cara a cara con los productores, los técnicos y los trabajadores”, señaló.

Las primeras actividades comenzaron en Cuchilla del Fuego el pasado 5 de diciembre, con un enfoque teórico-práctico que generó “un buen intercambio y muy buenos comentarios”. A partir de allí, el cronograma avanzó con una actividad en Isla Patrulla (Treinta y Tres), seguida por otras planificadas para Paso Farías en Artigas. En la jornada de hoy se realizará una actividad en el establecimiento “La Tapera” de la familia Jones, en Paso del Parque, Salto.

El martes 16 continua en “Los Olivos” de José María del Campo, en Caraguatá, y el jueves 18 de diciembre en Achar, ambas localidades en Tacuarembó. Luego, las jornadas continuarán en febrero de 2026, con nuevas sedes en Salto y otras zonas del norte, sur y este del país.

Costo sanitario bajo

Orihuela citó las estimaciones del veterinario del SUL, Sergio Fierro, quien destaca que el costo sanitario total por oveja de cría ronda entre 4 y 6 dólares por año, incluyendo análisis de HPG, tratamientos con pediluvios, vacunas contra clostridiosis y otras prácticas. En años más secos o con menor presión sanitaria, el costo puede bajar a 3 dólares. En el caso de los borregos, la inversión anual se reduce a 2 o 3 dólares.

El contraste con los costos de no intervenir es abismal. “Si nosotros flaqueamos en alguno de estos puntos, ya sea en parásitos, en afecciones podales u otra cosa, las pérdidas son enormes. Tenemos muchísimo más para perder que lo que cuesta hacer las cosas correctamente”, advirtió.

Contar con un plan sanitario estructurado permite evitar pérdidas de productividad, anticipar problemas y mantener la majada en un estándar adecuado de salud y rendimiento.

Según Orihuela, el desafío está en que muchos productores aún perciben la sanidad como un gasto y no como una inversión estratégica. “A veces es difícil plantearse esto de antemano, decir ‘voy a hacer esto para no perder’. Pero cuando uno planifica correctamente, el establecimiento tiene una guía y un trabajo organizado que evita pérdidas futuras”, explicó.

Pietín

Uno de los núcleos de la campaña es el pietín, una enfermedad podal que afecta de manera rotunda la productividad de los ovinos. El exceso de humedad registrado en los últimos meses aumenta el riesgo de manifestación de la enfermedad, lo que vuelve indispensable reforzar la revisación y el diagnóstico en esta época.

Para Orihuela, identificar correctamente el pietín requiere capacitación y un calendario de trabajo adecuado. “Lo que siempre comentamos es que la revisación debería hacerse en el verano, cuando en general tenemos menos problemas”, explicó. Después del destete es el momento recomendado para sentar los animales y evaluar el estado de sus patas.

El pietín tiene cinco grados, detallados en una cartilla disponible en la página del SUL o en formato físico. Los grados 1, 2 y 3 son tratables. A partir del grado 4 y 5, el animal se considera portador crónico y debe eliminarse para poder controlar la enfermedad.

“Los portadores crónicos pueden no renguear, pero siguen siendo una fuente de infección. Si quedan en la majada, vamos a seguir con el problema”, afirmó el técnico.

La supervivencia del agente causal en el ambiente es limitada. Según lo explicado, el patógeno puede sobrevivir 13 a 15 días en el campo, lo que permite la limpieza total del predio si no quedan animales infectados ni restos de pezuñas. Sin embargo, mantener animales crónicos en el sistema perpetúa el ciclo de infección, especialmente en años húmedos.

El deterioro productivo es inmediato cuando la enfermedad aparece en momentos críticos. Orihuela recordó que durante el invierno, con ovejas preñadas y mayor humedad, los efectos pueden ser graves. Los animales pierden condición corporal rápidamente debido al dolor, reducen su capacidad de pasteo y empiezan a generarse pérdidas silenciosas pero significativas.

“El momento para erradicar el pietín es ahora”, insistió. Muchos productores ya lo han hecho, y el SUL comparte testimonios para mostrar resultados concretos. Cuando la enfermedad se elimina del establecimiento, “la majada cambia completamente”. Se pasa de “pasar trabajo a empezar a trabajar con los ovinos”, resumió el técnico.

La diferencia es tan marcada que quienes lo han realizado son los primeros en recomendarlo.

“Todo aquel productor que tenga comentarios, inquietudes o ideas para trabajar en alguna zona puede comunicarse y organizar actividades. Estamos abiertos porque el pietín es una dolencia muy grande en el rubro ovino, y existe un plan para erradicarlo o, al menos, controlarlo”, afirmó Orihuela.

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