La Cámara de Empresas de Cannabis Medicinal (Cecam) alertó este miércoles por una fuerte retracción de la industria y del área sembrada del cultivo, y denuncia restricciones regulatorias por parte del Poder Ejecutivo.
La cámara sostiene que las superficies plantadas cayeron 80% y en 2022 disminuyó el número de empresas operativas de 167 a 53. El presidente de la Cecam, Ricardo Páez, dijo que “las acciones regulatorias han sido escasas” y eso afecta gravemente al sector. Entre otras opciones, las empresas plantean la necesidad de avanzar en la comercialización interna.
A nivel mundial todas las proyecciones apuntan a un crecimiento del mercado global de la industria del cannabis con índices muy alentadores en todos los rubros que la componen: medicinal, mercado de alimentos, suplementos, cosméticos y el industrial, con opciones muy variadas.
Páez sostuvo que “la velocidad del desarrollo y concreción de las expectativas en todas estas áreas depende de la forma que avance la legislación en cada país y, lamentablemente, no podemos decir que existe un mercado homogéneo global”. “Existen islas en las que hay una total desregulación, mercados medianamente homogeneizados en torno a una regulación (como el porcentaje de THC en el cáñamo permitido por la UE) y mercados en los que existe una prohibición total”, explicó.
Páez consideró que esta situación regulatoria general “condiciona el horizonte comercial de las empresas uruguayas. Esto es un problema sobre todo para aquellas compañías que se orientaron a la producción de cáñamo, sin tener claridad en el destino final de sus cosechas”.
Según información de la Dirección General de Servicios Agrícolas (DGSA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, la superficie con cannabis/cáñamo cayó 80% entre las zafras 2021/22 y la de 2022/23.
En relación con las exportaciones, la principal empresa exportadora (Fotmer) se encuentra en concordato y la que exportó más en términos de cáñamo fue vendida. Además, en 2022 disminuyó el número de empresas operativas de 167 a 53.
Para estas empresas los mercados sin restricciones son Suiza y República Checa, que tienen una regulación con exigencias similares a las locales (nivel de THC admitido < 1%).
No obstante, el resto de Europa ha fijado un nivel de THC < 0,3%, con lo cual, al no contar con genéticas adecuadas, no se les puede vender. Hoy en Uruguay no hay muchas opciones para la mayor parte de los empresarios del rubro, e incluso lidian con un agravante: “Los precios que se pagan por las flores han disminuido: hoy se pagan importes cercanos a los U$S 100 el kg, cuando tres años atrás se llegaron a pagar cifras seis veces más altas”, explica Páez.
La Cecam plantea la necesidad de generar opciones de comercialización interna, acción que depende del Poder Ejecutivo para poder concretarse.
“Se suele repetir que Uruguay ‘fue pionero’ y es cierto, sobre todo en lo relativo a la autorización de venta de cannabis con fines recreativos. El foco medicinal del cannabis, sin embargo, se ha desarrollado lentamente. Esto se debe a varios factores de carácter regulatorio, particularmente trabas burocráticas”, cuestionó el ejecutivo.
En ese sentido, desde Cecam advierten que “lo que resulta grave de esta situación es que varios países ya nos han superado con legislaciones más avanzadas, en las cuales autorizan la comercialización del cannabis de muchas formas y con distintos usos”.
“Para poder recuperar el liderazgo como pioneros es indispensable colocar a Uruguay en una situación en la que estemos en condiciones de producir y consumir localmente todos los productos que hoy se comercializan en el mundo”, reclaman.
La Cecam considera indispensable la habilitación de alimentos con CBD, los suplementos alimenticios, y los cosméticos con presencia de THC.
“A nivel interno, no resulta muy lógico que no se puedan comercializar las flores que se exportan para consumo como sustituto de tabaco, en el caso del CBD, ni aquellas que se exportan para uso medicinal con alto contenido de THC. Estas últimas tienen un destino terapéutico, ¿por qué no usarlas con el mismo fin en nuestro país?”, cuestiona Páez.
Además, la cámara señala que se esperaba que la solución para algunos de estos problemas viniera de la mano de la reglamentación de la ley 19847. Sin embargo, “el decreto no abordó la creación de una comisión que estudie el tema bancario ni satisfizo ninguna de los reclamos planteados. Esta ley se concentró en la implementación de la receta magistral, como un aporte al acceso al cannabis medicinal. Las exigencias presentadas (infraestructura para lograr calidad según la Farmacopea de los Estados Unidos, USP, y licencia otorgada por IRCCA) hacen que el proceso sea muy oneroso para una farmacia”.
En cuanto a ampliar el ámbito de comercialización a nivel local, la Cecam explica que esto permitiría que las empresas generen ingresos y, además, empleo en forma indirecta a partir de la fabricación y venta de productos que incluyan partes de sus flores o flores procesadas.
“El gobierno manifestó su interés en que la industria salga adelante, pero, lamentablemente, las acciones desde el punto de vista regulatorio han sido muy escasas. Seguiremos trabajando para poner esta temática sobre la mesa e ir abriendo camino para la industria”, finalizó Páez.