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Existe optimismo, basado en lo bueno que resultó el año anterior. Con cebada y trigo actualmente en torno a US$/ton 190 esto ha estimulado a los productores a sembrar. Con la realidad de costos actual, no se puede seguir apostando todo únicamente a soja. Hay que buscar alternativas. La ecuación da para poder sembrar cultivos de invierno, trigo y cebada, con logística que facilita el cierre de negocios. Hay plantas de recibo en toda la zona de Durazno y alrededores, lo que vuelve más viable la entrega y no ser dependiente de Montevideo o Nueva Palmira.

Esta chance que actualmente nos está dando el clima lluvioso en EEUU es una ventana para que se siembren los trigos y cebadas, con la mira puesta en hacer otro buen año productivamente y que ayude a mejorar la ecuación. Esperemos que el clima acompañe.

¿Los cereales forrajeros pueden ser una alternativa válida también?

La diversificación siempre da resultados. La avena es una alternativa. No se puede hacer en grandes áreas porque la demanda no lo justifica. Lo mismo ocurre con el ray grass y con la semilla fina. Generar avena negra para cobertura. No son cultivos para hacer a gran escala, son nichos que sirve hacerlos a escala reducida. Siempre está la opción de hacer agricultura para asociarla con la ganadería de forma integrada. Resulta ser un nicho muy interesante y que cobra cada vez más sentido con la valorización que está teniendo la carne y el precio del ganado últimamente. Permite pensar en números interesantes para usar subproductos.