Por Rafael Tardáguila, desde Shanghái

“Lo más cercano que tenemos desde INIA con el mercado chino es que estamos en un intercambio de variedades de soja distintas a las convencionales, porque son no transgénicas, que lo debe hacer un instituto como INIA y no las grandes empresas, porque pueden tener un nicho de mercado, pero cuando hablamos de China ese nicho puede ser muy importante”, dijo José Bonica, presidente del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, quien forma parte de la delegación que acompaña al ministro Fernando Matos en su gira por China.

Explicó que dentro del programa de mejoramiento de la soja se están identificando, por intermedio de la biotecnología, algunos genes o grupos de genes que pueden ser muy interesantes para agregar a variedades ya existentes y adaptadas a distintos medios ambientes. Bonica agregó que se está hablando tanto de la exportación a China de porotos para procesar como de semillas para la siembra, lógicamente de buenos materiales genéticos que se puedan utilizar tanto en Uruguay como en China.

El presidente de INIA dijo que “concebimos la investigación sólo si tiene sentido en la innovación y, con ese conocimiento, generar más recursos. Todo proceso de investigación debe terminar en más y mejor comercio, eso es lo que precisa toda nuestra sociedad”.

Recordó que China es el mayor productor, consumidor e importador de alimentos y que “no hay dos capitales en el mundo que estén más lejanas que Beijing y Montevideo, por lo que tenemos que acercarnos”.