La expectativa de los operadores en torno del restablecimiento del comercio entre Estados Unidos y China le permitió a la soja sumar su cuarta semana positiva consecutiva en Chicago. La falta de operaciones concretas limitó la dimensión de las subas, pero, de momento, la necesidad de creer que los negocios llegarán pronto bastó para mantener a la oleaginosa del lado alcista del mercado.
El maíz y el trigo terminaron la semana con valores en baja, uno por el peso de la cosecha récord estadounidense y el otro, por la desilusión que marcó una compra china muy inferior en volumen a lo que calculaban los especuladores.
Aunque con mejoras mínimas, la soja completó la cuarta semana positiva consecutiva en Chicago, luego de alcanzar el lunes el mayor nivel de precio en 16 meses. Al cabo del segmento las posiciones enero y marzo sumaron un 0,16 y un 0,18%, tras variar de 409,78 a 410,43 y de 412,91 a 413,64 dólares por tonelada.
El mercado tiene la necesidad de creer en el restablecimiento pleno del comercio de soja estadounidense a China. Que, efectivamente, en lo que resta del año se despacharán 12 millones de toneladas de soja y que en cada uno de los próximos 3 años se negociarán con compradores chinos al menos 25 millones de toneladas. Y tal es la necesidad de los operadores, los inversores y de todos los que integran la cadena de valor de la soja que durante esta semana se "resistió" el silencio del gobierno chino en cuanto a las cifras del acuerdo publicitadas por la Casa Blanca e, incluso, el sostenimiento por parte de Pekín de un arancel del 13% para la entrada productos estadounidenses, incluida la soja, que le restan competitividad a las ventas de Estados Unidos.
En cambio, para apuntalar la posición alcista, el mercado se aferró en el cierre de la semana a la decisión de la Administración General de Aduanas de China de devolverle las licencias de importación de soja a tres firmas estadounidenses que habían sido revocadas en marzo. Las firmas en cuestión son CHS, Louis Dreyfus y el operador de terminales de exportación de granos EGT.
Esta medida, que forma parte del acuerdo al que arribaron Donald Trump y Xi Jinping en Corea del Sur, podría implicar una mayor actividad de estas firmas en breve. Y detrás de esa posibilidad se encolumnaron los inversores. Y a esto se agregó el hecho de que el jueves la empresa estatal china Cofco firmó un acuerdo de compra de soja, sin especificar volúmenes, ni plazos, durante el Foro de Cooperación Comercial Agrícola entre Estados Unidos y China que se celebró en Shanghái. Dicen que "la necesidad tiene cara de hereje" y, de momento, el mercado se asume hereje y elige creer. ¿Hasta cuándo? La respuesta se tendrá en breve, dado que por lo avanzado del almanaque no quedan muchas chances para cumplir el primer objetivo del acuerdo, que es la venta de 12 millones de toneladas en lo que resta de 2025.
Los negocios deberían dinamizarse en forma casi inmediata para sostener la credulidad del mercado y no abrir paso al sentimiento bajista de decepción.
En esa "resistencia" alcista cualquier noticia que sirva para apuntalar la posición es bienvenida, incluso si su relevancia sea mínima. Esto aplicó para el hecho publicitado el martes por la secretaria de Agricultura estadounidense, Brooke Rollins, en su cuenta de X: "Tras el histórico acuerdo comercial del presidente Trump con China, ¡otros países hacen cola para comprar soja estadounidense! Hoy, las tres principales empresas procesadoras de soja de Bangladesh acordaron comprar mil millones de dólares en soja estadounidense durante el próximo año. ¡Eso representa tres veces más soja estadounidense de la que Bangladesh compró en 2024!".
Otra vez, como "la necesidad tiene cara de hereje", pocos se detuvieron a mirar que, según las estimaciones hechas por el USDA en septiembre, durante el ciclo comercial 2025/2026 Bangladesh necesitaría importar apenas 2,40 millones de toneladas de soja.
La chance de que una cosecha más chica
Con la cosecha prácticamente finalizada, y en vistas de que el USDA confirmó que el viernes próximo publicará –pese al cierre récord del gobierno de Estados Unidos– su informe mensual de estimaciones agrícolas, el mercado volvió a especular con la chance de que el número final de la producción estadounidense resulte inferior al previsto por el organismo en el lejano informe de septiembre. Al respecto, no hay unanimidad entre los privados.
El martes StoneX estimó rindes y cosecha en 36,05 quintales por hectárea y en 117,11 millones de toneladas. Un día después, S&P Global Commodity Insights calculó estas variables en 35,64 quintales y en 115,94 millones de toneladas. Las cifras oficiales en cuestión: 35,98 quintales por hectárea y de 117,05 millones de toneladas. Sean cuales fueran las cifras que el USDA publique el viernes, quedará para el debate posterior saber cómo se llegó a esas cifras siendo que las funciones de los técnicos del organismo –deben relevar campos y encuestar productores– están seriamente limitadas por el prolongado cierre del gobierno estadounidense.
China sigue comprando soja en Brasil
Contrastando con el espíritu positivista del mercado en cuanto al restablecimiento del comercio de soja entre Estados Unidos y China, Reuters informó el lunes que los importadores chinos incrementaron sus compras de soja brasileña en los últimos días, a medida que los precios del grano de Brasil bajaron por la expectativa del acuerdo entre EEUU y China.
"Los compradores reservaron 10 cargamentos de soja brasileña para envíos en diciembre y otros 10 para el período marzo-julio, con precios que ahora se cotizan por debajo de las ofertas para los cargamentos estadounidenses, según informaron tres comerciantes", sostuvo la agencia.
Y acá vuelve algo que ya se vio en el "Acuerdo de Fase Uno" durante la anterior gestión de Trump al mando de Estados Unidos. En aquella ocasión China incluyó en el texto del acuerdo una línea que podía resultar insignificante, pero que, en rigor, era clave: "Las compras se harán según las condiciones de mercado".
Si hoy volviera a aplicarse esa lógica, las condiciones de mercado siguen poniendo a la soja de Sudamérica por delante de la estadounidense en cuanto a competitividad. Del lado del exportador de EEUU queda como aliciente que la disponibilidad física de soja en Brasil y en la Argentina no resulta abundante por cuestiones estacionales y esto seguirá así hasta al menos febrero, cuando esté disponible la nueva cosecha de Brasil.
Al respecto, durante la semana la Asociación Nacional de Exportadores de Cereales de Brasil estimó las exportaciones de soja durante noviembre en 3,77 millones de toneladas, un volumen que supera los 2,24 millones despachados en igual mes de 2024, pero que marca una caída frente a los 6,40 millones despachados en octubre.
Mayores ventas de los farmers
Como es lógico, los productores estadounidenses reaccionaron con mayores ventas ante precios que marcaron durante la semana el nivel más alto en 16 meses. De esto dieron cuenta los recibidores de granos en el mercado físico y tomaron nota los operadores de Chicago.
Fuente: Granar Research

