“La última zafra de soja debió dejar enseñanzas sobre vender producción física en forma anticipada”, dijo a Informe Tardáguila el licenciado Ignacio Foderé (MBA), director de IFOtrading.

El experto indicó que la última zafra de verano culminó con una “situación muy inesperada” para los agricultores porque nadie pensó y planificó que iba a culminar con chacras con rendimientos de 200-300 kg/ha como se registraron.

“Lo que pasó obliga al productor en lo comercial a ser mucho más cauto sobre ventas física. Quizás hubo suerte con algunas ventas anticipadas que se pactaron a US$/ton 530-580 y luego el mercado el mercado se plantó más sobre un eje de US$/430. Vender esos contratos anticipados no fue problema. Sin embargo, hubo mucho estrés en productores que luego terminaron arreglando con el acopiador o exportador un compromiso de venta para la próxima zafra (2023/24)”, comentó el operador.

Foderé considera que la firmeza que está mostrando la soja en el mercado de Chicago actualmente asá asociada a los bajos stocks a nivel mundial. No obstante, recordó que para fines de 2024 se proyecta que los inventarios de la oleaginosa trepen a unos 120 millones de toneladas cuando lo normal a nivel global se ubica sobre un eje de 95-100 millones de toneladas. Esto implicará un crecimiento del 15%-20%, que deberían llevar su valor sobre un eje de los US$/ton 300; hoy la referencia para la próxima cosecha en Uruguay se ubica sobre unos US$/ton 460.

“La foto del maíz y la soja a nivel a nivel mundial es de cierta comodidad, quizás no tanto en el caso del trigo por lo que está pasando en el Mar Negro y algunos problemas climáticos”, resumió Foderé.

En ese sentido, añadió en la cabeza de muchos productores la alternativa de vender cosechas en forma anticipada “no es una opción” y porque percibe que con un mercado volátil “siempre al final del día voy a tener la oportunidad de vender a buen precio”. Insistió en que vender en forma anticipada “genera un compromiso de algo que no tenemos” y que también deja al productor como “rehén de un precio de venta. Si sube, no tenés chance de capturar esa mejora”, indicó. Foderé considera como alternativa para capturar los buenos precios que hoy está ofreciendo el mercado internacional, apelar a seguros de precios, que son “más flexibles”, tienen un costo del 5% por tonelada, no genera ningún compromiso de entrega física y le asegura al productor un precio mínimo.

“Si el mercado por alguna posibilidad se desploma, tenés ese piso y, si sube, capturás toda la ganancia con el físico y no quedás comprometido”, explicó.

Foderé considera que en Uruguay todavía existe una “barrera cultural” fuerte a la hora de utilizar estas herramientas de cobertura.

El experto recordó que hay casos donde los agricultores pagan seguros de siembra de US$/ha 50 o más y que nadie se cuestiona asegurar su vehículo o su casa. “Cuál es el motivo para no asegurar el precio de tu cosecha, que te va a dar tu futuro ingreso y definir tu situación patrimonial”, se preguntó. El operador espera que la última zafra de verano sirva para para “tomar nota” y apelar más a herramientas de cobertura.

 “Todos los analistas están aconsejando hacer cosas. Los fundamentos del mercado apuntan a que hay mucha mercadería y volatilidad”, alertó.