Se agudizó el déficit en el suministro global de aceites vegetales —que ya era ajustado—el viernes con la decisión de Indonesia, el mayor exportador mundial de aceite de palma, de suspender sus exportaciones desde el 28 de abril.
La decisión, informada por el presidente Joko Widodo, tiene como principal objetivo tratar de contener, al menos en parte, el auge del precio del derivado en el mercado local, así como garantizar el abastecimiento a su población.
“Voy a monitorear y evaluar la implementación de esta política para que la disponibilidad de aceite de cocina en el mercado interno sea abundante y accesible”, dijo Widodo.
En enero el gobierno de Indonesia ya había informado sobre otra suspensión; sin embargo, la medida fue revocada en marzo, ya que llevó las cotizaciones del subproducto en los mercados internacionales a sus máximos históricos en ese momento.
Tan pronto como se supo la noticia, los futuros del aceite de soja se dispararon más del 3% en la Bolsa de Valores de Chicago, a lo cual hay que sumarle el factor de escasez en Argentina, por lo que los precios tienen proyecciones alcistas en el corto plazo.