Si bien la zafra de trigo suele ser la última en culminar, con una secuencia de buenos días que se están dando para la cosecha, seguramente permita culminar la trilla o gran parte de la misma, estimó el productor agrícola Gabriel Carballal. Añadió que los “rendimientos del trigo son excepcionales” y con problemas “muy puntuales de calidad. Hay algo de rechazo, en particular de los trigos que vinieron del norte por falling number (brotado) y algunos casos por calibre asociado a las heladas tardías. En líneas generales, tenemos una muy buena calidad”, precisó.

En el caso de los mercados de exportación y precio para el trigo de la presente zafra, Carballal dijo: “No tengo expectativas de recuperación en el corto plazo, quizás sí en el mediano plazo Brasil compra trigo, pero eso vendría un poco diferido. Eso implica tenerlo guardado hasta abril, mayo o junio como para comenzar a ver valores superiores”. El productor comentó que cuando el trigo mostró valores interesantes sobre julio/agosto pasado de US$/ton 250 se pudo aprovechar en parte. “Aquellos que nos animamos a realizar ventas anticipadas pudimos capturar algo de esos precios. Hoy estamos más sobre un eje de US$/ton 200-210. De todas formas, si tenemos un rendimiento con calidad no es un mal escenario”, apuntó. Puso como ejemplo el caso de algunas chacaras que le rindieron US$/ha 7.000. “Pensar en sacar US$/ha 1.400 no estaba ni en los mejores sueños al arranque de la zafra”, reconoció. El agricultor asoció estos rindes a la buena fertilización natural que dejó la última seca y también a una ventana perfecta, de manual, que se dio para los cultivos de trigo y cebada entre el 15 de setiembre y el 30 de octubre.

Carballal indicó que la apuesta a la siembra de invierno no fue una “revancha” sino más que nada una opción para tener algo de caja o cubrir ciertas necesidades financieras luego de una desastrosa campaña de verano y “aprontarse” para la próxima siembra de soja del ejercicio 2023/24.