El Polo Binacional Salto Grande realizó cursos sobre la producción de cannabis y recientemente organizó una visita al establecimiento "El Tropezón" sobre ruta 31, el cual se dedica a la producción de cáñamo industrial y posteriormente una actividad a nivel de salón para intercambiar experiencias sobre el cultivo de cannabis y analizar aspectos de producción, regulación y comercialización.
En el establecimiento visitado, el Ing. Agr. Franco Bologna, presidente de la Asociación de Productores Uruguayo de Cannabis (Producann) y gerente de producción del emprendimiento, dijo que se debe volver a analizar la reglamentación actual y avanzar en la parte industrial, para permitir cerrar la ecuación económica del negocio.
El profesional explicó que debido al "desconocimiento" de lo que demandaba el mundo y principalmente Suiza, actualmente Uruguay no cuenta con "una buena reputación en cuanto a la calidad de la flor uruguaya"; sin embargo, entre 2020 y 2022 se han realizado ajustes en los proyectos, viajes, participaciones en ferias y eso ha generado un cambio importante.
"Hoy la gente terminó entendiendo de que no se vende todo, sino solamente el producto de calidad", partiendo de lo que el cliente considera como "buena calidad", explicó Bologna y señaló que "este año los productores con los que tengo contacto han entendido eso y han hecho su cambio tecnológico productivo y seguramente les vaya mejor que en años anteriores".
Falta una pata del negocio
El presidente de la asociación de productores dijo estar "convencido" de que falta una pata en el negocio para que las empresas sean más rentables. En este sentido dijo que es "necesario volver al inicio, cuando se comenzó con la producción y las regularizaciones de la producción de cáñamo en Uruguay".
Para Bologna es necesario avanzar en la parte industrial, "una planta o un lugar donde se pueda extraer el contenido, que de hecho es el sentido de esto. Extraer los cannabinoides que la planta contiene". El contar con esta parte del proceso en Salto "permitiría que en esta zona, donde tenemos mano de obra en abundancia y de calidad, tenemos suelos, un clima excelente para este cultivo, la posibilidad de tener una fase industrial de extracción permitirá lograr un ingreso mayor y cerrar el ciclo".
Al explicar los motivos de su planteo, el profesional explicó que en el predio "El Tropezón" se implementó 20.000 metros cuadrados del cultivo al aire libre y 5.200 metros cuadrados en invernadero y que la estimación de producción está estimada en 2.500 kilogramos de flores secas. "El 40% puede ser vendido con la calidad que el mercado suizo demanda y el resto de las flores, más allá de que visualmente, ya sea por tamaño, color, forma o densidad de la flor, son muy similares, no tiene destino".
Bologna dijo que el 60% restante "en general se podría llegar a vender como biomasa, pero tampoco hay un mercado tan cierto en ese sentido. Hoy lo que se vende es flor de alta calidad seca para el mercado suizo".