Los productores arroceros terminaron de pagar, luego de seis años, el IV Fondo de Financiamiento y Recomposición de la Actividad Arrocera (FFRAA) por un monto total de US$ 60 millones con una tasa de interés fija anual en dólares del 5,3%. Desde 2017, el 3% de las exportaciones de arroz tenían por mandato una retención del 3%, que luego los molinos se lo descontaban al precio que le pagaban a los productores (US$ 0,50 por bolsa de arroz de 50 kg).
En diálogo con Informe Tardáguila, Alfredo Lago, presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA) hizo un balance de las enseñanzas que dejó el IV FFRAA. Recordó que durante buena parte del repago el sector debió abonar una tasa de interés que estuvo muy por encima de lo que pautaba el mercado internacional. “Obviamente que ello provocó un costo del servicio de la deuda muy importante”, señaló. A su juicio, si bien en ese 2017 existía un problema con el endeudamiento del sector que había que atender, una solución “grupal y solidaria” fue injusta porque hubo casos de productores que terminaron pagando con su producción más de lo que debían y otros casos que lo hicieron por un monto menor. “La socialización del endeudamiento no nos parece algo bueno. Hubo casos de productores que tomaron el fondo y no continuaron en la actividad y no pagaron. Eso tampoco fue justo”, opinó Lago.
De todas formas, el titular de la ACA consideró como una “herramienta válida” apelar a un fideicomiso adelantando fondos con el repago de futuras exportaciones. Añadió que la coyuntura del sector “no ameritaría” a que se debe pensar en un V FFRAA, ya que hoy “se está generando rentabilidad” lo que permite que los arroceros puedan atender y gestionar de forma individual el acceso al crédito.