El próximo ejercicio (2024/25) se presenta desafiante: mayor oferta mundial de granos, demanda selectiva y precios agrícolas deprimidos. Aunque la ganadería ofrece mejores perspectivas, debemos entender su contribución al PB sectorial, señaló el coordinador Agrícola Ganadero de Fucrea, Nazar Rodríguez, durante la presentación de resultados del último año agrícola.

El experto consideró como “esencial planificar escenarios, identificar oportunidades y tomar decisiones en el momento adecuado. Para minimizar riesgos, dio tres consejos: diversificar cultivos, materiales y fechas; trabajar y consultar al grupo CREA, buscar referentes y asesores; y protegerse con coberturas y seguros. “El camino requiere paciencia y estrategias bien fundamentadas para actuar de manera eficiente”, indicó.

La agricultura cerró un ejercicio 2023/24 con, “buenas productividades, pero caída significativa en los precios proyectados para los granos”. En tanto, la ganadería tuvo “precios deprimidos”, pero con margen de mejora considerable en términos de productividad.

En el caso del endeudamiento, es “muy variable entre empresas y bajo relativo a activos, y concentrado en pocas empresas. Con dos amenazas clave: perfil del endeudamiento (de corto plazo), y en aquellas que tienen un endeudamiento alto respecto de su capacidad de pago (ingreso neto después de retiros) en la relación retiros/ingresos.

En promedio, las empresas agrícola ganaderas CREA llevan a cabo su sistema de producción sobre un 60% de su superficie útil destinado a ganadería y un 40% a agricultura. En los últimos años se ha incrementado el área forestal. En términos de producción bruta medida en moneda constante, los resultados de las empresas CREA agrícola-ganaderas, se alinean con la media histórica, salvo en tres de los últimos 20 años. Ejercicios como el 2021-2022 destacaron positivamente por productividad y precios de los productos, mientras que otros, como 2014-2015 y 2017-2018, marcaron una diferencia negativa.

El Producto Bruto (PB) agrícola, con una variabilidad mayor, es el principal impulsor de resultados, mientras que el PB ganadero representa menos del 30% del PB total. Medida la eficiencia productiva de cada hectárea dedicada, la agricultura contribuye en promedio con US$ 1.677/ha, frente a los US$ 432/ha de cada hectárea dedicada a la ganadería. Aunque ambos rubros muestran margen de mejora, difieren significativamente en la mayor inversión de capital por hectárea de la ganadería, así como tiempos de retorno más largos.

En el ejercicio 2023-2024, la relación entre el PB ganadero y el agrícola (por hectárea dedicada) alcanzó una relación de 5,8 puntos a favor de la segunda, significativamente mayor que el promedio histórico de 4,2. Esto último se explica debido al bajo precio implícito de la carne (US$ 1,50/kg el valor más bajo de la serie para este indicador) lo cual repercute mucho en los sistemas invernadores y recriadores, que son las actividades ganaderas más frecuentes en las empresas agrícolas ganaderas CREA.

El ingreso de capital se situó en US$ 266/ha lo cual está US$ 39 por debajo del promedio de los últimos 20 años (US$ 305/ha medido en moneda constante). Es significativo el incremento en la variabilidad si se comparan los IK promedio para ambas décadas, del 04-05 al 13-14 y desde el 14-15 al ejercicio 23-24.

La mecánica en la valorización de los activos es la misma para todas las empresas CREA. En este sentido, los US$ 266/ha deben remunerar la renta de toda la tierra como si fuera arrendada y el costo de un 5% por el capital que hay sobre la tierra. Estos costos de oportunidad representan US$ 245/ha (US$ 207/ha por la tierra y US$ 38/ha por el capital). Con este dato, las empresas agrícola-ganaderas que pudieron remunerar los factores de producción son el 43%.