La presión fiscal sobre el agro fue la mayor desde de 2018 como consecuencia del impacto que tuvo la sequía, indicó la Opypa en su Anuario 2023. La recaudación fue menor que los años anteriores y, especialmente, con respecto a 2022, cuando el sector se benefició de muy buenos precios. El año 2023 estuvo marcado por la sequía, que determinó un importante descenso en la recaudación de los impuestos a la renta, Imeba e IRAE. La recaudación de tributos sobre el agro se estimó en US$ 294 millones en 2023, lo que implica una reducción de 13,3% en relación con el año anterior. Se estima que el producto agropecuario medido en dólares caería todavía más al cabo de 2023, de modo que la presión fiscal se situaría en 6,7%, mayor que el año previo (6,4%).
El aumento de la presión fiscal, en un contexto de caída del producto, se explica básicamente por el peso que tienen los impuestos sobre la tierra, que no reflejan los vaivenes del nivel de actividad. Otro aspecto que juega es la evolución del tipo de cambio, que se apreció en 2023 (promedio anual), por lo que la recaudación medida en dólares podría haber caído en una mayor proporción si se hubiera registrado un comportamiento distinto de la moneda estadounidense, explicó la Opypa.
Para este año, el IRAE neto, tras descontar Imeba, mostraría una caída de 47,8% a US$ 54,2 millones. Este resultado se debe a la combinación de los efectos de la sequía y la caída en los precios obtenidos en 2023 en relación con el año anterior. Cabe recordar que en 2022 se experimentaron excelentes precios en la mayoría de los rubros, en particular del ganado vacuno, lo que condujo a tener para ese año una recaudación excepcional.
En tanto, la recaudación de Imeba para el año 2023 sería de US$ 60,9 millones, lo que implicaría una reducción de 26,3% respecto del año anterior. Este resultado va en línea con el resultado obtenido para el IRAE, ya que es esperable que en un año con importantes dificultades se resienta aún más la recaudación de este impuesto que la del Imeba.