Durante la comparecencia del Ministerio de Ganadería (MGAP) ante la Comisión Permanente del Parlamento este jueves, la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa) estimó una pérdida por el déficit hídrico por casi US$ 1.200 millones, con un impacto generalizado en todos los rubros agropecuarios. El área declarada en emergencia abarca una superficie de 17,4 millones de ha (todo el país), muy por encima de los 12 millones de ha de diciembre de 2021, los 14 millones de diciembre de 2020 y los 5,7 millones de ha de marzo de ese año.
El ministro Fernando Mattos dijo en conferencia que, de prolongarse la situación actual, los efectos de la sequía pueden ser superiores a los de la pandemia para el país. “El gobierno está decidido a dar todo el apoyo necesario”, aseguró el jerarca.
De acuerdo al relevamiento de Opypa, la agricultura de secano sufriría un impacto negativo de unos US$ 490 millones por alrededor de 1,08 millones de tons no cosechadas de cultivos y caída de rendimientos. La ganadería de carne tiene un perjuicio de unos US$ 440 millones por los terneros que no nacerán y pérdida del peso vivo de los animales destinados a faena, mientras que la lechería se vería afectada en unos US$ 100 millones por costos adicionales de suplementación y caída de la remisión. A su vez, Opypa prevé que la pérdida de praderas genere un perjuicio para la ganadería de carne y leche de otros US$ 145 millones.
La Opypa estima una caída del 4% en el entore de vaquillonas en 2022/23, mientras que la tasa de procreo podría disminuir 12%, lo que representaría 351 mil terneros menos en 2023/24 respecto al 2022/23.
Por otro lado, se proyecta una pérdida de peso del ganado (10%). Eso dependerá de cada categoría y del crecimiento compensatorio de las pasturas y de los animales, ante una posible reversión de la seca. Además, se dará un retraso de los envíos a faena y caída del peso medio de faena. “La tasa de faena de novillos caerá levemente en el primer trimestre del año y posiblemente en el segundo trimestre, respecto a los años sin sequía. A la vez, se espera que en el invierno aumente la tasa de faena de vacas”, según Opypa.
Impacto
El efecto de la seca le restaría 1,7% al PIB de la economía uruguaya este año y 22,9% considerando exclusivamente el PIB agropecuario. Para encontrar un efecto negativo de esa magnitud hay que remontarse a la seca del 2008/09 cuando la falta de lluvias le restó 1,7% al PIB de Uruguay y 19,4% al del sector agropecuario. Ese año, el costo de la sequía en dólares corrientes se estimó en US$ 414 millones.
En cuanto al arroz, el área comprometida en cuanto a potencial de rendimiento es de unas 3.000 ha, mientras que en la forestación hay 800 ha afectadas por incendios y pérdidas de 10-15% de plantaciones de primavera y 25-30% de producción de metros cúbicos en 2023.
En el caso de la horti-fruticultura, habrá afectación por menores calibres y calidad, menor rendimiento y volumen de producción y pérdida de cultivos. Finalmente, en el caso de viticultura se espera una reducción en el volumen de producción del 20% para 2023.
Las autoridades del MGAP estimaron un costo de las distintas medidas que se han implementado hasta el momento por la sequía por unos US$ 9 millones, sin incluir los costos financieros. Por ejemplo, el BROU accedió a prorrogar por 180 días los créditos del sector agropecuario para líneas por debajo de los US$ 200 mil y se hace cargo del pago de intereses.