Los datos de existencias vacunas y ovinas dados a conocer por el Ministerio de Ganadería ayer confirmaron la expectativa de una moderada reducción en la cantidad de vacunos y significaron un duro golpe para el ovino, con un brusco descenso de casi 500 mil cabezas.
El 30 de junio pasado había en el país 11,3 millones de vacunos (ver cuadro), unos 370 mil menos que en el mismo día de 2023. El grueso del descenso fue como consecuencia de la esperable caída en la cantidad de terneros, de unas 300 mil cabezas, a algo menos de 2,6 millones (ver nota aparte).
Además, también cayeron las categorías en edad de faena o próximas a edad de faena (vacas de invernada, novillos y vaquillonas de más de 2 años), en este caso en unas 170 mil cabezas. Esto es lo que mantiene en estos momentos una reducida disponibilidad de animales terminados, situación que, con toda seguridad, se extenderá al menos hasta mediados de 2025.
Por el contrario, aumentó la cantidad de vacas dentro del rodeo de cría en unas 140 mil cabezas a 4,26 millones. Esto, sumado a la elevada tasa de preñez, consolida la expectativa de que está naciendo una cantidad récord de terneros. Cuando se contabilicen el año que viene, seguramente se esté en el entorno de los 3,1 millones, registro nunca antes alcanzado en el país.
Por su parte, es grande la preocupación en el sector ovino, con una caída anual de casi 500 mil cabezas (8,3%) a menos de 5,4 millones. Además, la cantidad de ovejas de cría se redujo en casi 200 mil cabezas a 2,9 millones, comprometiendo la máquina de producción para el futuro.
El sector ovino no hace pie, con dificultades para sortear grandes inconvenientes que incluyen ahora precios por el piso para las lanas.