Los precios de la hacienda para faena transitan por terreno nunca antes explorado. Los novillos especiales de pradera —los pocos que quedan— se pagan en un eje de US$ 4,70 el kilo carcasa, las vacas pesadas —también son pocos los lotes que aparecen— llegan a US$ 4,50 y por el momento la flecha sigue siendo hacia arriba.

La intensidad de la demanda se refleja no solamente en los precios, sino también en los muy elevados niveles faenados. En el trimestre julio a setiembre se faenaron 690 mil vacunos, lejos por encima del anterior máximo para esos meses que suelen ser de baja actividad industrial.

La voracidad de la demanda hace que los pesos de faena estén en caída. Quedó atrás un consistente aumento del peso de las carcasas, impulsado por una demanda que premia —hasta ahora— con precios más altos las carcasas más pesadas. Actualmente lo que le interesa a la industria es tener materia prima y poca cosa más. Están llegando a planta animales de 420-430 kilos que, en otro momento, hubieran sido adquiridos por corrales de engorde o se hubieran quedado en las pasturas para agregarles 50-60 kilos.

Esta voracidad tiene explicaciones de más largo plazo y también coyunturales. Los primeros son la intensa demanda desde China, así como la disminución de la producción y el saldo exportable de grandes players del mercado internacional como Australia. Los segundos tienen que ver fundamentalmente —pero no solo— con la suspensión de las exportaciones de Brasil a China. También juega la autolimitación impuesta por el gobierno argentino a sus exportaciones que, aunque se anunció que se harían más laxas, eso finalmente no se concretó.

Estos factores coyunturales quedarán de lado y seguramente impacten en los precios de la hacienda. Hay expectativas de que China rehabilite el ingreso de carne brasileña a la brevedad. Hoy es un día importante en ese sentido, porque ayer terminaron los feriados de la Golden Week.

En cuanto Brasil pueda comenzar a producir carne nuevamente para China, habrá un impacto en el impulso que las empresas brasileñas están teniendo en Uruguay para contrarrestar parcialmente el faltante de la producción desde su país de origen.

Desde el punto de vista de la demanda, se transita por el período de mayor intensidad de las compras chinas, quien se abastece para las ventas adicionales durante los feriados del Año Nuevo lunar entre fines de enero y principios de febrero. La fecha que se considera límite para esos embarques es mediados de noviembre, por lo que la fecha de producción no se extenderá más allá de los primeros días de ese mes.

Dependerá de cuándo vuelva Brasil a China, pero, por más tarde que se dé esto, seguramente los precios récord no irán mucho más allá de la segunda quincena de este mes, ya que la demanda de China seguramente muestre señales de moderación.

Pero, en estos tiempos en los que los cisnes negros andan en bandadas, no se puede garantizar nada.