La facturación de la ganadería por concepto de ventas finales aumentó 9% en el ejercicio 2020/21, unos US$ 178 millones, fundamentalmente debido al crecimiento en los volúmenes comercializados, lo cual fue parcialmente contrarrestado por un menor valor medio.

Expresados en pesos uruguayos en términos reales, el aumento anual fue de 12%, dado que el ritmo de devaluación de la moneda superó al de inflación.

Hubo un aumento expresivo tanto en la cantidad de animales enviados a faena como en la exportación de animales en pie. Entre ambos suman la salida de 2,47 millones de cabezas en el ejercicio, 367 mil animales más que en el piso de 2019/20, aunque por debajo de los más de 2,6 millones de los dos años anteriores, cuando la exportación de vacunos en pie superó las 250 mil cabezas. La tasa de extracción aumentó a 20,8% respecto al piso de 2019/20, pero sigue por debajo de los dos ejercicios anteriores.

Lo que más pesa tanto en volumen como en monto es la faena. En 2020/21 se enviaron a frigorífico 2,29 millones de vacunos, 318 mil más que en 2019/20 y con una franca senda de expansión que todo indica se mantendrá en los meses siguientes. Pero el valor medio de venta de esos animales bajó, dado que en el ejercicio anterior fue cuando se habían alcanzado los picos históricos de más de US$ 4,30 el kilo de novillo en el segundo semestre de 2019. El valor medio de comercialización de hacienda a frigorífico fue de US$ 883 por cabeza, una caída anual de US$ 75.

La producción de carne creció un robusto 18% a 593 mil toneladas con un constante crecimiento en el peso medio que complementó la mayor cantidad de animales faenados. En 2020/21 fue de 258,3 kilos, un aumento anual de 4,4 kilos.

En síntesis, la facturación por ventas a frigorífico superó los US$ 2 mil millones, la mayor por lo menos desde principios de la pasada década.

Eso se complementa con un aumento expresivo en la exportación de animales en pie de 48 mil cabezas (38%) a 176 mil. Esta corriente comercial facturó US$ 140 millones, un aumento anual de 47%.

La ganadería de carne aceleró la salida en este último ejercicio luego del brusco descenso del anterior, cuando era escasa la oferta de animales con peso de faena y cuando se dio el piso en la exportación de ganado en pie. El crecimiento fue rápido, retornando a los niveles previos. La expectativa es que la faena mantenga la senda de crecimiento y los valores de exportación sigan firmes —más allá de la incertidumbre por la pandemia— por lo que es probable que cuando se le pase raya a 2021/22 el año que viene, la facturación vuelva a crecer.