La incertidumbre es enemiga de los mercados, porque genera una actitud mucho más cautelosa de parte de la demanda y volatilidad, al hacer más difícil vislumbrar cuáles son las tendencias dominantes. Sin embargo, en las condiciones actuales de gran incertidumbre mundial, el mercado internacional de la carne vacuna, así como el del ganado, no pierden firmeza.
A partir de esta semana los importadores de Estados Unidos comenzaron a manejarse de forma más cautelosa al momento de las compras. El mercado es un fuego, la demanda muy intensa, pero lo que se compre ahora va a estar llegando a destino después del 2 de abril y vaya a saber uno cuáles serán los aranceles que regirán para los productos alimenticios que pretendan ingresar a Estados Unidos a partir de esa fecha.
No parece una situación para nada divertida, aunque el presidente Trump, en su enigmático tweet de un par de semanas atrás, llamó a los productores de su país a prepararse para vender mucho en el mercado interno —lo que implicaría aumento de aranceles para reducir la competencia internacional— y dijo que iba a ser muy divertido.
La tarifa adicional que viene imponiendo mayoritariamente Trump en estos momentos es de 25%. Si le agrega esa tasa al 26,4% que paga la carne vacuna fuera de cuota, el arancel superaría 50%, lo que, sin duda, tendría un fuerte impacto sobre la corriente comercial hacia Estados Unidos. Pero no se sabe nada, todo puedo pasar, hasta incluso que el 2 de abril, efectivamente, imponga ese arancel, y lo quite al día siguiente.
Toda esa incertidumbre lleva a la paralización de los negocios. De efectivizarse, dado que sería una tasa global para todos los proveedores del mercado estadounidense, implicará una fuerte suba de los precios internos de la carne en Estados Unidos, impactando sobre la inflación y llevando las referencias a niveles insólitamente altos, dado que ya son altísimos debido a la escasa producción doméstica.
A pesar de eso, el mercado internacional de la carne vacuna está muy firme y en alza, con referencias de precios alrededor de 15% superiores a las de un año atrás y con flechita para arriba por subas en los precios de exportación a China, la Unión Europea y Estados Unidos que impactan en los demás compradores.
Eso se traslada a un mercado del gordo efervescente. Desde principios de febrero el novillo especial de exportación aumentó US$ 40 centavos por kilo carcasa al nivel más alto desde 2022. No es poca cosa en este mundo convulsionado e incierto.