La faena de novillos depende cada vez más de los animales jóvenes. En los años de precios récord, por encima de los US$ 5 el kilo, se “barrió la cancha” de animales más añosos y para mantener el nivel de actividad se debe apuntar a las nuevas generaciones. Pero mirando hacia adelante, la disponibilidad de novillos jóvenes, de 2-4 dientes, se contraerá, alcanzando un piso en 2025, lo que significará un gran desafío para la demanda.

Hasta 2019 los novillos de 2-4 dientes, de acuerdo con datos del INAC, representaban 38-42% de la faena. A partir de 2020 se dio un rápido aumento de la proporción de animales de esta categoría hasta alcanzar 60% del total de novillos faenados en 2023. En un mediano plazo es difícil suponer una pérdida de peso relativo de los novillos jóvenes; lo más lógico es que se mantenga en esa proporción en el entorno del 60%.

Mirando hacia adelante, la expectativa es de una reducción de la oferta de animales de esta categoría que impactará en una reducción global en la cantidad de novillos disponibles para faena. Los animales nacidos en 2022 —destetados y contados al año siguiente— fueron, al igual que en los años anteriores, cerca de 2,9 millones. Pero de ellos, en 2023 se fueron unos 300 mil machos en pie. Esos son los novillos que, con 2 años, comienzan a llegar al peso de faena a partir del segundo semestre de este año.

En 2023 se faenaron 676 mil novillos de 2-4 dientes. La incidencia de la generación 2022 comienza a ser marcada a partir de estas fechas y se agudizará hacia los primeros meses de 2025. Para este año, teniendo en cuenta el acumulado de los primeros siete meses y la expectativa para los cinco restantes, es de una moderada contracción de la faena de novillos de 2-4 dientes al entorno de las 650 mil cabezas.

El problema más grave desde el punto de vista de la demanda se dará en 2025, con la incidencia de la reducción de la mencionada generación en el primer semestre y el impacto de la sequía en 2023 sobre la producción de terneros nacidos en la primavera de ese año a partir del segundo semestre del año que viene, cuando los nacidos en 2023 estén cumpliendo 2 años.

Por lo tanto, todo parece indicar que la disponibilidad para faena de novillos de 2-4 dientes en 2025 será significativamente más baja, del entorno de los 570 mil. Si estos son 60-62% de la faena total de novillos, implicaría una faena de novillos de 930-940 mil cabezas, lejos de los 1,14 millones de los 12 meses a julio pasado.

Será un desafío para la industria, la cual seguramente encontrará una disponibilidad mayor en 2026, cuando los animales que nacerán en esta primavera —generación que se supone será récord— comiencen a quedar disponibles. Pero todavía falta mucho camino por recorrer para ese entonces y muchas variables cuyo impacto aún no es posible saber, fundamentalmente la cantidad de terneros a ser exportados en pie el año que viene.