No importa que sea verdad, ni siquiera que sea verosímil. Lo que importa es decirlo con convicción y la gente que lo quiere creer, lo creerá. A fin de cuentas, con esa estrategia Donald Trump llegó a ser el presidente de la principal potencia mundial y transita por el mismo camino para ser electo nuevamente. Y la utiliza Maduro para afirmar que ganó limpiamente las elecciones en Venezuela el domingo pasado.
Ahora China usa la misma estrategia para denunciar que dos de sus atletas dieron positivo en controles antidopaje porque consumieron carne australiana. No hay ninguna prueba al respecto, solo un local de venta de comida rápida próximo a donde los atletas (nadadores) entrenaban, en el cual venden carne australiana.
El positivo al anabólico metandienona ocurrió dos años atrás, pero fue noticia nuevamente en el contexto de los Juegos Olímpicos debido a que uno de los dos atletas está compitiendo en París.
Beef Central informó que los resultados positivos de las pruebas antidopaje y la posterior prohibición impuesta a los dos nadadores chinos durante sólo 12 meses se mantuvieron en secreto para el resto del mundo vinculado a la natación.
La industria de la carne vacuna australiana negó enérgicamente la afirmación sobre la fuente de contaminación, y Meat & Livestock Australia emitió ayer una declaración de una sola línea que dice: "La metandienona no se utiliza en la producción de carne vacuna australiana ni en ningún medicamento veterinario". La razón es obvia. La droga es utilizada en la medicina humana, pero no está permitida para su uso en vacunos y su efectividad como anabólico en esta especie es mucho menor que otras drogas permitidas. En Australia se permite el uso de hormonas promotoras del crecimiento, pero esta carne no puede ser exportada a China.
“Nunca se ha detectado metandienona en las exportaciones de carne vacuna australiana, a pesar de innumerables pruebas de detección de residuos realizadas en Australia y en el extranjero durante los últimos 30 años”, asegura Beef Central.
Pero eso importa poco en la era de la posverdad. Lo importante es que la historia cierre, aunque sea descabellada. Muchos en China seguramente la creerán, y además le permitió a uno de los nadadores involucrados competir en París.