El mercado ganadero brasileño se vio sacudido este miércoles ante los rumores de la detección de un caso de encefalopatía espongiforme bovina (EEB), o mal de las vacas locas, en una vaca vieja faenada en la planta de Plena Alimentos —habilitada para la exportación— en el estado de Minas Gerais.

Oficialmente, el Ministerio de Agricultura de Brasil emitió un comunicado evasivo, diciendo que “una vez concluido el proceso que se investiga, se informarán los resultados”. Medios de prensa brasileños agregaron que la información oficial se dará a conocer sobre fin de esta semana, entre hoy y mañana. Se está a la espera del tercer y definitivo análisis que lo realiza un laboratorio internacional.

Entre las especulaciones, la más fuerte era que China estaría suspendiendo la importación de carne vacuna brasileña producida a partir de ayer. Algunos exportadores optaban por frenar los envíos a la espera de la posición a tomar de los importadores. Había quienes decían que la suspensión sería solo a las plantas exportadoras de Mimas Gerais.

Lo cierto es que el mero rumor tuvo un impacto fuerte sobre los precios a futuro del boi gordo en la Bolsa de Futuros de Sao Paulo (B3). El miércoles las posiciones para este año bajaron 4-5% y ayer lo hicieron alrededor de 1,5% adicional.

El antecedente inmediato, de 2019, cuando el anterior caso de vaca loca atípica, fue que China suspendió las importaciones desde Brasil por 10 días. Si eso es lo que pasa en esta oportunidad, el impacto sobre el mercado internacional no será muy trascendente. Pero si se extiende por más tiempo ejercerá una fuerte presión alcista sobre los precios internacionales de la carne vacuna. En especial porque en la actualidad no hay ningún otro oferente capaz de compensar una salida por varias semanas de Brasil del mercado chino. Australia está con un saldo exportable reducido y Argentina con sus ventas restringidas a 50% de las del año pasado.